Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.Juan 15:2.
Lectura: Juan 15:1-8. Versículo del día: Juan 15:2.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando estamos
atribulados es difícil entender el amor de Dios. Sabemos que tenemos que cumplir
sus mandamientos a pesar de lo que nos esté sucediendo y lo hacemos. Entonces viene
la confusión: lloramos, renegamos y hasta peleamos con Dios. Fijémonos lo que
dice aquí el versículo: “toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto
todavía”. ¡Gloria a Dios porque nos poda! ¡Claro que duele!, pero es
precisamente porque le hemos agradado, porque estamos dando buen fruto y el
Señor desea que siempre nuestra vida sea una constante primavera.
Como en Colombia no hay
estaciones y exactamente en Bogotá el clima es frío, yo recuerdo de manera
especial a mi tía Magolita que amaba sus matas y tenía un lindo rosal en el
jardín. Cada nada la veía cortándole por un lado y otro, además de quitarle
hojas y ramas secas. Ella decía que de ese modo nunca dejaba ese rosal de darle
bellas flores. Creo que así es Papito Dios con nosotros. Somos tan preciados
para Él que está pendiente de quitar lo que nos está haciendo daño e ir podándonos
aunque nos duela; más adelante, el Señor tendrá el resultado esperado: un fruto
que perdure (v. 16).
Digo que es difícil de
entenderlo porque personalmente a mí me costó. Pues en general se piensa cuando
cruzamos desiertos que el Señor ya nos olvidó; que su amor no lo vemos por
ninguna parte o que no somos importantes para Él y fijémonos que es todo lo
contrario: nos ama tanto, que no quiere dejarnos a un lado y que pasemos
desapercibidos.
“Hermanos míos,
considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas,
pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe
llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les
falte nada” (Santiago 1:2-4).
Amado Señor: Te damos
gracias porque solamente Tú sabes lo que nos está haciendo daño para
desarraigarlo completamente de nuestras vidas. Gracias porque cada vez que nos
podas, estás demostrando lo importante que somos para Ti y el deseo tuyo de
vernos cada día más hermosos y agradables en tu presencia. ¡Gracias bendito
Dios por tanto amor!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario