Ahora bien, si tu hermano se angustia por causa de lo que comes, ya no te comportas con amor. No destruyas, por causa de la comida, al hermano por quien Cristo murió.Romanos 14:15.
Lectura: Romanos
14:1-23. Versículos del día: Romanos
14:15.
MEDITACIÓN DIARIA
Como tenemos la
tendencia a criticar mucho, no deja de haber entre los cristianos quienes se
creen con todo el derecho a prohibir una cosa y otra en los demás hermanos de
la Iglesia. En cuanto a comidas y bebidas que era sobre lo que hablaba Pablo,
es mejor callar y no reprochar: “Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros.
Más bien, propónganse no poner tropiezos ni obstáculos al hermano”. Y es que si
nos ponemos a ver, lo que en unas culturas es lo más normal, en otras es un
escándalo. Por ejemplo: Hay países en donde se toma con las comidas más vino
que agua; e incluso porque es más barato como en los europeos. En otros se
tiene la costumbre de tomar cerveza como en Alemania y así sucesivamente.
Entonces si lo vemos, no escandalizarnos ni satanizarlos a ellos por esto.
Igual podemos decir con
el vestuario y con el arreglo especialmente de la mujer, aunque he visto
congregaciones que critican a un joven porque lleva su pelo largo o porque de
pronto hasta le dio por colocarse un arete. Pienso que si los criticamos,
deberíamos primero mirarnos por dentro nosotros mismos. Seguro que nos daremos
cuenta que no somos más que la obra regeneradora de Dios en cada uno, porque
defectos: ¡sí que los tenemos!, pero por la bendita misericordia del Señor,
ahora somos diferentes. Si pensamos en el rey David, a él no le importó que lo
criticara y despreciara su esposa Mical cuando feliz danzaba ante el Señor,
vestido tan solo con un efod de lino (2 Samuel 6:14), porque entendía perfectamente
que lo que le importaba era agradar a su Dios.
Cuidémonos de la murmuración;
especialmente con los jóvenes. “Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo
que conduzca a la paz y a la mutua edificación” (v. 19).
Amado Señor: Gracias
porque Tú estás interesado en el corazón, en lo que hay en el interior de cada
uno, y no en lo exterior. Enséñanos a no ser piedra de tropiezo para ningún
hermano, sino más bien a compartir y edificarnos unos con otros, para que de
este modo, los débiles en la fe sientan tu amor y bondad hacia ellos, sin
rechazo de ninguna clase. ¡Gracias Señor por esta nueva enseñanza que nos
regalas! ¡Te amamos y te bendecimos por siempre! “¡Aleluya!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario