Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia de Dios.Romanos 9:16.
Lectura: Romanos
9:1-33. Versículo del día: Romanos 9:16.
MEDITACIÓN DIARIA
La Escritura nos dice
bien claro que la salvación no es porque hagamos un sinnúmero de cosas para
alcanzarla como por ejemplo: buenas obras, religiones, filosofías, rectitud
etc. Nada de esto nos servirá porque no es el hombre llegando a Dios, sino Dios
llegando al hombre. Dios Padre fue quien envió a su Hijo Jesús al mundo para
que Él fuera el puente que nos condujera hacia Él (Juan 3:16). Por eso dice en
Efesios que no por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). Además: “Nosotros
amamos a Dios porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Jesús vino para
buscarnos y alcanzarnos para su reino.
El Señor Jesús vino por
toda la humanidad. No solamente por los judíos, los de su pueblo; también por
nosotros los gentiles. Pablo en esta Carta nos aclara: “¿Qué concluiremos? Pues
que los gentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a
la justicia que es por la fe” (v. 30 en la lectura). La fe en el Hijo de Dios.
El pueblo judío rechazó al Mesías: “Por eso tropezaron con la ‘piedra
de tropiezo’, como
está escrito: Miren que pongo en Sión una piedra de tropiezo y una roca
que hace caer; pero el que confíe en él no será defraudado” (vv. 32-33).
Dios
envió a su Hijo al mundo, y cada uno tiene el libre albedrío para aceptarlo o
no en su vida. Mi propia experiencia y mi testimonio como tal, me permiten
decirles muy honestamente que el que confíe en Jesús no será jamás defraudado.
Amado
Padre Celestial: Gracias porque por tu infinita misericordia nos has mirado y
atraído hacia tu reino. Gracias buen Jesús porque sin haber cometido pecado, te
hiciste pecado por nosotros para tener la justicia divina y el pase a la vida
eterna. Señor Jesús, toma nuestras vidas y haznos las personas que Tú bien
deseas que seamos.
Un
abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario