Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.Romanos 2:1.
Lectura: Romanos
2:1-11. Versículo del día: Romanos 2:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Somos muy rápidos en
juzgar al prójimo y ponerles el dedo acusador. El Señor dijo que no juzgáramos
para no ser juzgados. Muy fácilmente se nos olvida y caemos sutilmente en este
pecado. Infortunadamente, siempre estamos listos para ver la paja en el ojo
ajeno, sin darnos cuenta de la viga que está en el nuestro (Mateo 7:1-5). No podemos creernos infalibles porque todos
caemos y cuando se trata de criticar y murmurar estamos listos. Nos olvidamos de
nuestros defectos y acusamos, sin darnos cuenta que tal vez los nuestros son
iguales o quizá peores. Por eso dice el versículo que “al juzgar a otros te
condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas”; y algo muy importante:
“quienquiera que seas”.
Dios nos conoce
perfectamente y desea que cambiemos de actitud. Si nos es muy difícil manejar
esta área de nuestra vida, entreguémosela completamente al Señor para que Él
vaya sanándola, perdonándonos y limpiándonos.
Meditemos en el
versículo del día y más bien practiquemos lo que dice Gálatas 6:1: “Hermanos,
si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben
restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también
puede ser tentado” (Gálatas 6:1). Restaurarlos con actitud humilde, cuidándonos
para no caer en lo mismo.
Amado Señor: Reconocemos
que somos ligeros al hablar y criticar a otros. Te rogamos que perdones nuestra
falta y nos enseñes a examinarnos antes de proferir palabra alguna, tildando y
acusando a los que nos rodean, o aun a los que están lejos y que tal vez no
tienen ni siquiera relación con nosotros, pero que sin embargo nos creemos con
autoridad para criticarlos. Saca Señor toda actitud de prepotencia y de altivez
de nuestros corazones y permite que nos dejemos guiar por tu Santo Espíritu
quien nos regala el fruto del amor, la bondad y mansedumbre. ¡Gracias buen
Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario