Y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.Juan 10:4b.
Lectura: Juan
4:1-21. Versículo del día: Juan 10:4b.
MEDITACIÓN DIARIA
Es indiscutible que un
niño siempre va a saber cuando su padre le habla así no lo esté mirando, porque
ya conoce su voz. Mi nietecita, quien acaba de nacer me asombró cuando mi hijo
le hablaba y ella trataba de ponerle atención, siguiéndolo con sus ojitos,
mientras él se agachaba para mimarla, consentirla y
seguirle hablando. Si esto lo hace un padre con su bebé, ¡que más no hará
nuestro amado Señor con los suyos? Dice el versículo que sus ovejas reconocen
su voz y lo siguen.
Para reconocer su voz
hay que entrar al redil y ser parte de su manada. Jesús es la puerta de las
ovejas y el que entre por ella, tendrá pastos reverdecientes y será salvo (vv.
7-9). Dentro de su aprisco seremos especiales para Él; estoy segura que además
de eso, el Señor nos presta toda la atención necesaria al punto de dar su vida
por sus ovejas (v. 11), como efectivamente lo hizo. El Señor Jesús es el
verdadero Pastor y a Él tenemos que acudir para obtener la verdadera vida (v.
10). Una vida en abundancia que empezará
a manifestarse desde la terrenal para culminar en la eterna.
Por supuesto no deseo
que tú, ni ninguno de mis seres queridos se encuentre fuera de su rebaño. Él
está esperando por ti. Déjate consentir por el único que nunca cambia y que nos
ofrece amor sincero. Si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón, ¡síguele!
Amado Señor Jesús: No
queremos estar afuera; queremos ser parte de tu manada y que seas Tú quien nos
guíes con tu cayado y nos guardes del enemigo que está atento a devorarnos. Gracias
porque nadie más puede dar su vida por nosotros ni ofrecernos los verdes pastos
que Tú nos ofreces para descansar y continuar por siempre a tu lado. ¡Aceptamos
que seas nuestro Pastor! ¡Gracias buen Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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