Juan 6:29.
Lectura: Juan
6:25-59. Versículo del día: Juan 6:29.
MEDITACIÓN DIARIA
La multitud seguía a
Jesús después de haber multiplicado los peces y el pan, pero como les dijo:
“Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales
sino porque comieron pan hasta llenarse” (v. 16), Definitivamente el corazón
del hombre es incomprensible y duro. Esta gente que lo siguió y pasó al otro
lado del río para buscarlo, se maravillaron y lo halagaron cuando con cinco
panes y dos peces alimentó a cinco mil personas; sin embargo no le creen que sea
el enviado del Padre: “¿Y qué señal harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué
puedes hacer? —insistieron ellos—“ (v. 30). Y con la paciencia que suele
demostrarnos siempre, Jesús les enseña: “El pan de Dios es el que baja del
cielo y da vida al mundo. —Señor —le pidieron—, danos siempre ese pan. —Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que
a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener
sed” (vv. 33-35).
Jesús vino a cumplir la
voluntad del Padre y darse a conocer a través de su ministerio aquí en la
tierra: “Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y
crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final” (v. 39).
Pero a pesar de señales, maravillas y prodigios realizados, ni ellos en ese tiempo le creyeron, como sucede igual
ahora. O sea, se cree de inmediato porque hay una necesidad pero muy pronto
cuando ya se obtiene lo pedido, rápidamente se olvidan de Él. Por eso hay un versículo en la Biblia que
dice: “cuídate de no olvidarte del Señor, que te sacó de Egipto, la tierra
donde viviste en esclavitud” (Deuteronomio 6:12).
Hay que reconocer que
Jesús es el Hijo de Dios que vino a salvarnos; de lo contrario no podemos tener
la bendita esperanza de una vida eterna a su lado. Hay que creerle sin peros ni
condiciones, y tener presente que su obra fue perfecta hasta el punto de dar su
vida por nosotros. ¿Cómo no adorarle y rendirle sacrificios de gratitud por
siempre?
Amado Señor Jesús:
Gracias por tu obra redentora en la cruz. Pon en cada una de las personas que
leen y siguen este devocional, la convicción de lo que viniste a hacer por cada
uno para que crean tus palabras y se conviertan a Ti. No existe otro camino
para llegar al Padre; Tú eres el único camino, la única verdad y la única vida.
¡Gracias buen Señor!
Un abrazo y
bendiciones,
Dora C.
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