lunes, 16 de noviembre de 2009

Lo dulce de la Palabra

¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca!

Salmo 119.103.

Lectura diaria: Salmo 119:97-104. Versículo del día: Salmo 119:103.

ENSEÑANZA

La miel, a ese delicioso alimento procesado por las abejas a través del néctar de las flores no solamente se le atribuye propiedades nutritivas sino que incluso se cree que ayuda a combatir enfermedades agresivas como el cáncer. Analizándolo bien, personalmente creo que sin lugar a dudas pueden ser muy acertadas estas propiedades ya que la tierra prometida fue bautizada como “la tierra que fluye leche y miel”; pudo ser que Dios quería para su pueblo a la vez de proveerle alimento, también medicina. De todas maneras el encanto de la miel a lo largo de la Biblia nos hace entender que era muy apreciada: Jacob se la envió como presente a José; Sansón, Jonatán y Juan el Bautista, se alimentaron de ella y renovaron sus fuerzas. Con razón la miel, en forma figurada es símbolo de la riqueza espiritual de las Sagradas Escrituras, porque así como la natural nos alimenta el cuerpo, ésta, alimenta nuestro espíritu. Aprendamos entonces, cada vez que decaigamos, que sintamos las fuerzas y el ánimo por el suelo, a hacer como Jonatán, alarguemos nuestra mano no hacia el panal de miel sino hacia el preciado panal de la Palabra y llevémosla hacia nuestros labios, leámosla y hagamos nuestras sus promesas con la certidumbre que nos alimentará y llenará de tal manera que nuestro rostro volverá a resplandecer. “Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas, volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Isaías 40:31). La única manera de lograrlo es a través del alimento espiritual. Su bendita Palabra llega a nosotros más dulce que la miel para levantarnos, enriquecernos y crecer cada día espiritualmente.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: