Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua de canciones jubilosas. Hasta los otros pueblos decían: El Señor ha hecho grandes cosas por ellos. Sí, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y eso nos llena de alegría.
Salmo 126:2-3.
Lectura diaria: Salmo 126:1-6. Versículo del día: Salmo 126:3.
ENSEÑANZA
¡Oh Dios! No tengo más que palabras de agradecimiento para mi amado Señor. Definitivamente, cuando estamos en apuros, nuestra mente carnal, no alcanza a vislumbrar el panorama final que Dios nos tiene. En nuestro caso, creo que el Señor nos tendió su mano en el momento exacto. Este Salmo habla de la alegría que sintió el pueblo cuando los cautivos volvieron a Sión y al igual que ellos yo puedo decir: “me parece un sueño”. Estoy convencida que estábamos cautivos pero por misericordia del Señor, ya somos libres. Libres espiritual, física y materialmente. Sé que para la gloria de Dios, nuestro testimonio impacta. Impacta, porque a pesar de la adversidad, nunca tiramos la toalla; no les voy a mentir que estuve tentada a hacerlo, pero como yo misma les compartía en mis devocionales, al final, reconocía el poder y soberanía de Dios porque de una u otra forma, me tendía la mano y lograba al menos emerger; con certeza les digo, que a quien primero toca y enseña el Señor con estos devocionales, es a mí. Ustedes tendrán que dar la razón al Señor de Señores y Rey de Reyes al comprobar su gran fidelidad y dirán como dice el versículo 2: “el Señor ha hecho grandes cosas por ellos”; de hecho, gracias por las innumerables respuestas de alegría que me enviaron al saber las buenas noticias de casa. “Alégrense con los que están alegres” (Romanos 12:15), sigo compartiendo con ustedes mi gozo, porque “el que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha, el que llorando esparce la semilla, cantando recoge gavillas” Versos 5-6. ¡Y llegó la hora de mi cantar!
Un abrazo y bendiciones.
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