viernes, 13 de noviembre de 2009

Nuestra prioridad

-Marta, Marta- le contestó Jesús-, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.

Lucas 10:41-42.

Lectura diaria: Lucas 10:38.42. Versículo del día: Lucas 10:42.

ENSEÑANZA

Marta y María eran hermanas de Lázaro y muy allegadas al Señor Jesús. Él amaba esta familia y no podía seguir de largo sin entrar a visitarlas. María quien era discípula de Jesús, no dejaba pasar ocasión para demostrarle al gran Maestro su devoción y fe en Él; por ese motivo el día en que Jesús llegó a su casa, no se separó de su lado sino que atenta escuchaba todo lo que le enseñaba. Marta llegó a sentirse incómoda, pues al parecer los deberes domésticos eran compartidos por las hermanas y María hizo caso omiso de sus obligaciones. El Señor al ver el reclamo de Marta le contestó que estaba muy afanada y preocupada por los oficios pero que María había escogido la mejor parte y nadie se la quitaría. ¿A qué parte se refería como mejor? Indudablemente a permitirse un tiempo a solas con su Señor. ¿Cuántas veces nos sucede a nosotros lo mismo? Si somos mujeres y estamos en el hogar siempre hay algo para hacer y en cuanto a los hombres si no tienen trabajos que realizar en casa, se buscan en qué ocupar sus ratos, pero, ¿en dónde queda nuestra relación con Dios? Por si me queda tiempo, en el último lugar; quizá antes de acostarme y cuando vamos a la cama, el cansancio nos agobia y en el día no hemos podido regalarle ni cinco minutos al Señor. Aprendamos de María, busquemos con corazón sincero y sencillo al Señor. Aprovechemos la mañana, después del despertar que es cuando estamos más descansados y con la mente abierta para entender su Palabra. “Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta” (Salmo 5:3). No nos dejemos confundir, busquemos lo primero que Dios se encargará de añadir las arandelas. No dejemos pasar el día, sin antes haber hablado con nuestro Padre Celestial.

Un abrazo y bendiciones.

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