jueves, 12 de noviembre de 2009

Abre mis ojos Señor

Entonces Eliseo oró: Señor, ábrele a Guiezi los ojos para que vea. El Señor así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

2ª. Reyes 6:17.

Lectura diaria: 2ª. Reyes 6:8-23. Versículo del día: 2ª. Reyes 6:17.

ENSEÑANZA

El pasaje de hoy nos enseña a no ver con los ojos del mundo, sino con ojos espirituales. En momentos de dificultad, cuando todo es sombrío y apagado, es cuando debemos sacar a flote nuestra fe y decirle al Señor que nos muestre con la visión suya lo que no vemos, lo que no entendemos, en últimas eso es fe: “la convicción de lo que no se ve”. Tenemos que declarar plenamente esa convicción dada por el apóstol Pablo: “vivimos por fe, no por vista”. La vida es dura y al encontrarnos en situaciones difíciles de afrontar debemos retomar las promesas de Dios y aferrarnos a ellas con optimismo. Cuando nada nos sale bien y suceden cosas inesperadas y más aún, inexplicables no debemos desesperarnos ni temer; quizá Dios nos quiere mostrar con sus ojos de ternura que el campo no está minado como lo creemos, Él está al frente de la batalla y al igual que a Guiezi le abrió los ojos, con nosotros también lo puede hacer y encontraremos un ejército celestial de nuestro lado para combatir y derrotar al enemigo. Hoy demos ese paso de fe y no permitamos que el temor nos nuble la visión. Me encontré con una frase muy diciente, no sé de su autor pero más o menos dice: “no dejes que tus miedos se interpongan en tu camino y detengan tu vida”. Si en desbandada llegan dardos y dardos, en vez de preguntarle a Dios ¿por qué Señor?, digámosle ¿para qué Señor? ¿Cuál es el fin de todo este meollo? Él abrirá nuestros ojos y entendimiento. Seguramente querrá que nuestra fe crezca y la vida espiritual florezca de modo que su nombre sea glorificado. Para que podamos entender, digámosle: ¡Abre nuestros ojos, Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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