miércoles, 10 de junio de 2009

Yo sé bien que tú lo puedes todo

Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes.

Job. 42:2.

Terminé de leer el libro de Job y en verdad, aprendí muchas lecciones. Como dije en un devocional pasado, hacía varios años no tocaba este libro. Hoy al concluirlo, pude deducir que antes cuando lo leía, pasaba por alto varios puntos porque definitivamente, solamente cuando se está viviendo una experiencia difícil es que notamos que la Palabra de Dios, es completa para nuestras vidas de principio a fin.

Uno de los aspectos que me llamó la atención fue la enseñanza sobre los que decían ser sus amigos, que en vez de darle ánimo a Job y presentarle opciones, le caen encima y empiezan a recriminarlo diciéndole que era por su pecado, por el de sus hijos, por sus acciones, etc. En vez de levantarlo, lo tumban más y más. Esto es muy cierto, se le recrimina aún sacándole su piedad y justicia. ¿No se puede entender que todos somos humanos y que aunque hablemos de Dios, tenemos una parte material que nos mueve el piso y a pesar de no quererlo, las situaciones críticas también nos afectan?

Sin embargo, hay algo superior cuando somos cristianos. El Espíritu Santo intercede por nosotros por encima de toda calamidad y ahí es cuando exclamamos y reconocemos como Job, la sabiduría y la soberanía que Dios tiene sobre nosotros “yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes”.

Hay momentos difíciles de soportar, donde creemos que definitivamente no vamos a salir adelante, pero no estamos solos, Dios está pendiente y está de nuestro lado. En mi caso, como Job “Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado maravillosas que me son desconocidas”. Job.42:3. Simplemente, es Dios, quien a pesar de las dificultades nos envuelve con su amor, y ahí está presente.

Un abrazo y bendiciones.

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