domingo, 28 de junio de 2009

Haré de ti una nación grande y te bendeciré

Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición.

Génesis 12:2.

Estas palabras se las dijo directamente Dios a Abraham, cuando lo llamó para que a través de él, tanto judíos como gentiles le conocieran. Digo gentiles (los que no somos judíos), porque en Gálatas 3:7 dice: “Por lo tanto, sepan que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe”. Nosotros vivimos por la fe en el Señor Jesucristo, “así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa”. Gálatas 3:14.

Al llegar a la iglesia, le dije al Señor que hablara a mi corazón a través de la predicación y en la alabanza le pedí, que permitiera que cantáramos algún himno de mis predilectos. Dios no se hizo esperar, como buen Padre, me complació. Trataré de hacer un compendio de todo lo aprendido.

La alabanza se cerró con la canción de Jesús Adrian “Por un destello de tu gloria”. Debo decir, que esta canción me quebranta totalmente. Al inicio de mi proceso cuando me pre-diagnosticaron el cáncer de seno, estaba escribiendo uno de mis primeros “devocionales compartidos” cuando sonó esta hermosa melodía de adoración. En esa ocasión sólo atiné a decir: “Si Señor, no importa lo que tenga que pasar, ni lo que tenga que esperar. Si esto es lo que necesito para poder estar en tu presencia, así sea un instante, ¡hazlo!”. A lo largo de casi un año que llevo con ires y venires propios del tratamiento, en mi afán por salir pronto de esto, he tenido que sentarme muchas veces y volver a decirle al Señor “es en tu tiempo, no en el mío. No importa lo que tenga que esperar ni lo que tenga que pasar”. Lo lindo de todo, es que si no fuera por esta situación, no hubiera podido tener momentos tan especiales con mi Señor.

Escuchando la predicación, que entre otras cosas, tenía que ver con lo que estoy leyendo en Gálatas, supe que Dios no se equivoca. En cuanto a mi vida espiritual, el último año, ha sido todo nuevo para mí. Hoy entendí que soy llamada a bendecir “¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!”. Génesis 12:3. Ansío con todo mi ser, que estos devocionales lleguen al corazón de cuantos los leen y sean de gran bendición para sus vidas.

También deduje que en definitiva, asistir a la iglesia es una dicha. Generalmente, es un refrigerio para mi alma. Con frecuencia criticamos a los pastores y líderes y decimos que nos aburre ir, por tal o cual cosa. Yo les insto a que nuevamente se motiven y asistan. No existe iglesia ni congregación perfecta, como tampoco ninguno de nosotros es perfecto. La perfección la hallaremos en el cielo, cuando nos reunamos con el Señor, pero mientras estemos aquí, seamos solícitos y no dejemos de congregarnos, porque nos perdemos enormes bendiciones.

Por último, recuerda: tú, puedes ser bendición para otros. Dios te bendice para que tú bendigas.

Un abrazo y bendiciones.

2 comentarios:

Nina dijo...

Gracias recibi esta palabras de parte de Dios, me ministro mucho. Lo creó y lo continuó creyendo que Dios hará de mi una grende nación. Que Dios bendiga su vida, Dios continúe prosperando su alma. El espíritu santo sople sanidad y salud sobre usted. Bendiciones desde italia.

Dora C. dijo...

Muchas gracias por el comentario. Sus palabras también son bálsamo para mi vida. Hoy confieso y creo que el Esíritu Santo está soplando sanidad y salud sobre mí.