martes, 23 de junio de 2009

Nadie entre los tuyos deberá practicar lo abominable

Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos.

Deuteronomio 18:10-11.

Teniendo en cuenta que toda hechicería, adivinación, brujería o espiritismo es una forma velada de idolatría, debemos tener el máximo cuidado puesto que quienes la practican demuestran que no confían en Dios sino en otros poderes misteriosos.

“Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación” (Éxodo 20:5). Si tú eres cristiano y amas verdaderamente al Señor, no tienes que recurrir a estos métodos que no te dejan nada bueno. Vas a lograr una maldición generacional sin percatarte de las consecuencias nefastas que ocasionará tu desobediencia.

Tú me dirás: “he consultado a brujos y espiritistas, pero ellos buscan a Dios, le piden al Padre ayuda cuando empiezan su labor e inclusive rezan “. En primer lugar, la Biblia nos dice que Satanás se viste como ángel de luz para engañar a muchos (2a. Corintios 11:14). ¿A cuál "padre" se dirigen estos supuestos ayudadores? Será a Satanás quien es el padre de la mentira? Piensa en los testimonios de matones, cuentan que se dirigen a determinados santos y rezan para pedirles, les ayude a lograr su cometido. ¿Crees sinceramente que es a Dios a quien elevan su oración y Dios les da el permiso para matar? Te insisto: ¡Abre bien los ojos y no te dejes engañar! No puedes jugar con fuego sin pensar que no te vas a quemar. ¡ Este fuego sí es devorador! Si no lo haces por ti, hazlo por tus hijos, por tus nietos y por toda tu descendencia, aquí no puedes ser egoísta y pensar solamente en ti.

Ahora, si ya has practicado este tipo de pecado, recurre a un guía espiritual para que te ayude a desatar y arrancar la maldición. También al comenzar nuestra vida cristiana, el proceso de sanidad interior es importante, para romper toda cadena y atadura que vengan de nuestros ancestros.

“Cualquiera que practique estas costumbres, se hará abominable al Señor...A los ojos del Señor tu Dios eres irreprensible” (Deuteronomio 18:12- 13).

Un abrazo y bendiciones.

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