Toda palabra de Dios demuestra ser verdadera. Él es un escudo para todos los que buscan su protección.
Proverbios 30:5. NTV.
Lectura: Proverbios
30:1-6. Versículo del día: Proverbios
30:5.
MEDITACIÓN DIARIA
La Palabra de Dios viene
directamente de Él. A veces no entendemos o nos confundimos con ella, pero
miremos qué dice aquí acerca de nuestro Creador: “¿Quién sino Dios sube a los
cielos y desciende de ellos? ¿Quién retiene el viento en sus puños? ¿Quién
envuelve los océanos en su manto? ¿Quién ha creado el mundo entero? ¿Cuál es su
nombre? ¿Y el nombre de su hijo? ¡Dime, si los sabes!”. (v. 4). Llama la
atención ver que Agur el autor de este capítulo, inspirado por el Espíritu
Santo, desde más o menos según parece, mil años antes de Cristo, con su
conocimiento y sabiduría anunció sobre el Hijo de Dios, al preguntar: “¿Y el
nombre de su hijo?” Desde ese tiempo, ya se sabía que vendría un Redentor a
salvar a la humanidad. Y recordemos el primer capítulo del evangelista Juan: “En
el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era
Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas
fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir” (Juan 1:1-3). Este
Creador de quien nos habla aquí este capítulo de Proverbios es el mismo
descrito en el Evangelio de Juan: el Hijo de Dios. ¿Un misterio? Sí claro: Dios
Padre y Dios Hijo. “Toda palabra de Dios demuestra ser verdadera” (versículo
del día).
¡Oh, Señor y Dios
nuestro! Tú Creador de cielos y tierra, Tú que retienes el viento en tus puños y
envuelves los océanos en tu manto, nos dejas sin palabras al ver hasta dónde
llega tu amor y misericordia por la humanidad, al despojarte de tu Hijo amado y
enviarlo a la tierra para poner tus ojos sobre todos aquellos que lo recibimos como
Señor y Salvador. Gracias bendito Dios y Padre por hacernos tus hijos; gracias
bendito Señor Jesús por venir a salvarnos ofreciendo tu propia vida para
remisión de nuestros pecados. Gracias Precioso Espíritu Santo que Eres quien
revelas tu Palabra para darnos claridad, para honra y gloria de toda la Santa Trinidad.
¡Te amamos Dios Trino!
Un abrazo y bendiciones.
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