martes, 6 de agosto de 2024

Parte de mi testimonio: plantarlos, reconstruirlos y ayudarlos a crecer

Así como antes me dediqué a derribarlos, arrancarlos y destruirlos, ahora me dedicaré a plantarlos, reconstruirlos y ayudarlos a crecer. 

Jeremías 31:28. TLA.


Lectura: Jeremías 31:21-30.  Versículo del día: Jeremías 31:28.


MEDITACIÓN DIARIA


Esta Palabra me la dio el Señor hace muchos años, cuando estábamos en un período de crisis financiera, después de haberlo perdido todo y que se vinieron muchas cosas difíciles encima. Tengo que decir que yo esperaba esa promesa inmediata en ese tiempo, pero no fue así: se fue dando paulatinamente. Mi corazón lloraba porque sabía las dificultades de mis hijitos para terminar la universidad y con mi Sarita sucedió exactamente igual; tuvo que afrontar muchas cosas difíciles en su Colegio.


Ahora entiendo que el Señor es Soberano y que todo eso sirvió para aumentar nuestra fe. Le doy gracias al Señor porque mis hijos Daniel Andrés y Juan Manuel a pesar de todo, fueron nuestras torres fuertes en esos años. Gracias también por tantos familiares y amigos que en ese periodo nos tendieron la mano. Gracias a la Iglesia Casa Sobre la Roca que nos proveyó de mercado. Estoy segura de que nuestro buen Señor no se queda con nada guardado y que ya ha devuelto con creces esas acciones a todos los que estuvieron a nuestro lado. El tiempo de restitución fue llegando poco a poco y ahora solo nos queda agradecerle al Señor tanto bien en nuestras vidas. Todos nuestros hijitos terminaron sus carreras; están felizmente casados y en los caminos del Señor, al lado de sus cónyuges y cuatro lindos retoños que nos han alegrado la vida y nos han enseñado a ser niños otra vez. Bueno, sin querer, esto fue saliendo de mi corazón y es parte de mi testimonio, porque el “plantarlos, reconstruirlos y ayudarlos a crecer”, se ha cumplido totalmente.


Amado Señor Jesús: muchas gracias porque Tú llegas en el tiempo exacto; ni más tarde ni más pronto. Sabes muy bien nuestras necesidades y te glorificas en nuestras vidas de una manera apoteósica. Gracias, muchas gracias buen Jesús, porque nos has permitido seguir como familia con altibajos y todo, pero al final llevados de tu mano por la senda que nos has enseñado a transitar. Toda la Honra, la Gloria y el Honor lo mereces Tú, quien nunca nos has abandonado y que aun en estos años dorados con mi esposo, sentimos tu Presencia y caminamos Contigo.


Un abrazo y bendiciones.   

No hay comentarios: