Así como antes me dediqué a derribarlos, arrancarlos y destruirlos, ahora me dedicaré a plantarlos, reconstruirlos y ayudarlos a crecer.
Jeremías 31:28. TLA.
Lectura: Jeremías
31:21-30. Versículo del día: Jeremías
31:28.
MEDITACIÓN DIARIA
Esta Palabra me la dio el
Señor hace muchos años, cuando estábamos en un período de crisis financiera,
después de haberlo perdido todo y que se vinieron muchas cosas difíciles
encima. Tengo que decir que yo esperaba esa promesa inmediata en ese tiempo, pero
no fue así: se fue dando paulatinamente. Mi corazón lloraba porque sabía las
dificultades de mis hijitos para terminar la universidad y con mi Sarita
sucedió exactamente igual; tuvo que afrontar muchas cosas difíciles en su
Colegio.
Ahora entiendo que el
Señor es Soberano y que todo eso sirvió para aumentar nuestra fe. Le doy
gracias al Señor porque mis hijos Daniel Andrés y Juan Manuel a pesar de todo,
fueron nuestras torres fuertes en esos años. Gracias también por tantos
familiares y amigos que en ese periodo nos tendieron la mano. Gracias a la
Iglesia Casa Sobre la Roca que nos proveyó de mercado. Estoy segura de que
nuestro buen Señor no se queda con nada guardado y que ya ha devuelto con
creces esas acciones a todos los que estuvieron a nuestro lado. El tiempo de
restitución fue llegando poco a poco y ahora solo nos queda agradecerle al
Señor tanto bien en nuestras vidas. Todos nuestros hijitos terminaron sus
carreras; están felizmente casados y en los caminos del Señor, al lado de sus
cónyuges y cuatro lindos retoños que nos han alegrado la vida y nos han
enseñado a ser niños otra vez. Bueno, sin querer, esto fue saliendo de mi
corazón y es parte de mi testimonio, porque el “plantarlos, reconstruirlos y
ayudarlos a crecer”, se ha cumplido totalmente.
Amado Señor Jesús:
muchas gracias porque Tú llegas en el tiempo exacto; ni más tarde ni más
pronto. Sabes muy bien nuestras necesidades y te glorificas en nuestras vidas
de una manera apoteósica. Gracias, muchas gracias buen Jesús, porque nos has
permitido seguir como familia con altibajos y todo, pero al final llevados de
tu mano por la senda que nos has enseñado a transitar. Toda la Honra, la Gloria
y el Honor lo mereces Tú, quien nunca nos has abandonado y que aun en estos
años dorados con mi esposo, sentimos tu Presencia y caminamos Contigo.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario