El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: gente de naciones y ciudades en todo el mundo viajará a Jerusalén. La gente de una ciudad dirá a la gente de otra: Vengan con nosotros a Jerusalén para pedir que el Señor nos bendiga. Adoremos al Señor de los Ejércitos Celestiales. Yo estoy decidido a ir.
Zacarías 8:20-21. NTV.
Lectura: Zacarías
8:18-23. Versículos del día: Zacarías
8:20-21.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente, la
Palabra de Dios es veraz. Siempre me he preguntado: ¿por qué Israel es tan
visitado y en especial la gente busca ir a Jerusalén? Nunca había deparado en
esta parte de la Escritura y aquí Dios contesta mi pregunta: simplemente
porque Dios ha puesto ese deseo de conocer ese país y la ciudad tanto del rey
David como la ciudad por donde transitó el Señor Jesús. Yo tengo un primo de la Fuerza Aérea Colombiana y en una ocasión me decía que había tenido
que viajar a Israel y se había asombrado de las frutas tan hermosas y grandes
que se producían allá. Eso me dio pie para hablarle y decirle que Israel era el
pueblo amado de Dios y que desde tiempos antiguos Dios les había dado esa
tierra a ellos; una tierra que fluye leche y miel y en verdad, para ser un país
tan reciente y asentado en un 60% sobre desierto y con un 95% de tierras
áridas, los mayores cultivos hidropónicos están allí. La mano de Dios se ha
visto en todos los estamentos e instituciones y ese desierto es ahora potencia
mundial. Dios todavía cuida a esa nación. Pienso que todo esto hace que la
gente desee visitar esa tierra prodigiosa. Viendo tanta bendición es deseable
conocerla.
Amado
Señor Jesús: gracias por mostrarnos la Jerusalén terrenal y hacernos entender
que tu mano soberana está sobre ese pueblo. Gracias, mi Señor, porque yo
también deseo ir y deleitarme por las calles que Tú transitaste y cruzar por
aldeas en donde Tú realizaste milagros. Señor: amo a Jerusalén y a toda esa
tierra de promisión. Desde siempre Tú has puesto en mi corazón el amar a ese
país y después de cristiana mucho más. Mi Señor: hoy oro por la paz para esa
nación; no permitas que las fuerzas enemigas sigan invadiendo sus terrenos y
aleja al hombre de maldad de sus fronteras. Pon un cerco de ángeles alrededor
para que no haya más sangre derramada allí. Gracias bendito Señor y Dios mío.
Un abrazo y bendiciones.
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