Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías: Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?
Jeremías 32:26-27. NVI.
Lectura: Jeremías 32:21-35. Versículos del día: Jeremías 32:26-27.
MEDITACIÓN DIARIA
Si tenemos en cuenta el
contexto de la lectura, podemos notar que el Señor le está hablando a Jeremías sobre
la caída de Jerusalén. Estamos muy acostumbrados a tomar este versículo sólo
para poder ver el poder del Señor en ciertas dificultades, pero también debemos
señalar de que el Señor es Soberano y tiene el poder sobre reinos y pueblos
enteros. En cualquier momento puede venir destrucción para algún pueblo, como
sucedió con Jerusalén. Personalmente pienso en naciones que han conocido desde
sus inicios la Palabra de Dios y ahora la han dejado de lado. Oremos para que sea
el Espíritu Santo tocando corazones y permitiendo que haya un arrepentimiento
genuino tal como sucedió con Nínive: “Y vio Dios lo que hicieron, que se
convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les
haría, y no lo hizo” (Jonás 3:10 RVR 1960).
Amado Señor: hoy
oro por los Estados Unidos de América. Oro porque este pueblo que ha sido tan
bendecido caiga en cuenta de sus errores y vuelva a sus raíces cristianas; oro para
que cada persona se convierta de su mal camino. No solamente oro por los
ciudadanos en general sino por todas las autoridades tanto federales como estatales.
Oro mi Señor, de una manera especial por los niños, para que Tú los cubras con
tu preciosa sangre y los alejes del maligno. Permite que esta nación se vuelva
a levantar bajo los principios Tuyos, como fue el deseo de los primeros
gobernantes. Gracias, muchas gracias mi Señor, por escuchar mi oración. ¡Toda
la gloria y honra son para Ti Dios Soberano y Poderoso!
Un abrazo y bendiciones.
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