Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes.
Jeremías 33:3. NVI.
Lectura: Jeremías
33:1-5. Versículo del día: Jeremías
33:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Jeremías estaba preso en
el patio de la cárcel porque el rey Sedequías no lo miraba con buenos ojos y
poco creía las profecías dadas por el Señor, sobre la victoria de los
babilonios. Dios conocía el corazón de su siervo Jeremías y le habla para darle
palabas de ánimo y esperanza. Primero le recuerda quién es Él: “Así dice aquel
cuyo nombre es el Señor, el que hizo la tierra, la formó y la estableció
con firmeza” (v. 2); esto para reafirmar que, al clamarle, Él le respondería.
Comenzando mi vida
cristiana me enseñaron que Jeremías 33:3 era el teléfono de Dios y con toda la
razón, porque ante cualquier situación podemos llamarle, clamarle o pedirle. A
diario nos enfrentamos con diversos problemas que por lo general se nos salen
de las manos; así que es en esos momentos que debemos recordar este teléfono
directo del Señor. No solamente nos responderá, sino que nos revelará cosas importantes,
grandes, maravillosas y recónditas que no conocemos o ignoramos. No dudemos en
utilizar ese teléfono. Nuestro amado Señor estará dispuesto y gustoso nos
atenderá. En su infinito amor, el Señor quiere hacer con todos lo que hizo con
Jeremías: ayudar a llevar las duras
cargas que tanto nos atormentan, dándonos la seguridad, de que nos responderá.
Bendito Señor y
Dios: muchas gracias por estar siempre pendiente de nosotros. Gracias porque Tú
no has cambiado; sigues siendo el mismo ayer, hoy y por los siglos. Gracias
porque deseas de cada uno, una relación sincera y genuina de manera tal, que
puedas gozarte con nuestro proceder y a la vez cumplir tu voluntad. Gracias,
muchas gracias bendito Señor; cada nuevo día, es una nueva enseñanza que Tú nos
das. Gracias porque tu Nombre se exalta en las circunstancias difíciles que a
diario afrontamos. ¡Te amamos buen Señor y Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario