miércoles, 28 de agosto de 2024

No dudemos en marcar ese número

 Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. 

Jeremías 33:3. NVI.


Lectura: Jeremías 33:1-5.  Versículo del día: Jeremías 33:3.


MEDITACIÓN DIARIA


Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel porque el rey Sedequías no lo miraba con buenos ojos y poco creía las profecías dadas por el Señor, sobre la victoria de los babilonios. Dios conocía el corazón de su siervo Jeremías y le habla para darle palabas de ánimo y esperanza. Primero le recuerda quién es Él: “Así dice aquel cuyo nombre es el Señor, el que hizo la tierra, la formó y la estableció con firmeza” (v. 2); esto para reafirmar que, al clamarle, Él le respondería.


Comenzando mi vida cristiana me enseñaron que Jeremías 33:3 era el teléfono de Dios y con toda la razón, porque ante cualquier situación podemos llamarle, clamarle o pedirle. A diario nos enfrentamos con diversos problemas que por lo general se nos salen de las manos; así que es en esos momentos que debemos recordar este teléfono directo del Señor. No solamente nos responderá, sino que nos revelará cosas importantes, grandes, maravillosas y recónditas que no conocemos o ignoramos. No dudemos en utilizar ese teléfono. Nuestro amado Señor estará dispuesto y gustoso nos atenderá. En su infinito amor, el Señor quiere hacer con todos lo que hizo con Jeremías:  ayudar a llevar las duras cargas que tanto nos atormentan, dándonos la seguridad, de que nos responderá. 


Bendito Señor y Dios: muchas gracias por estar siempre pendiente de nosotros. Gracias porque Tú no has cambiado; sigues siendo el mismo ayer, hoy y por los siglos. Gracias porque deseas de cada uno, una relación sincera y genuina de manera tal, que puedas gozarte con nuestro proceder y a la vez cumplir tu voluntad. Gracias, muchas gracias bendito Señor; cada nuevo día, es una nueva enseñanza que Tú nos das. Gracias porque tu Nombre se exalta en las circunstancias difíciles que a diario afrontamos. ¡Te amamos buen Señor y Dios!


Un abrazo y bendiciones.

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