Hijo mío, guarda mis palabras y atesora mis mandamientos. Llévalos atados en los dedos; anótalos en la tabla de tu corazón.
Proverbios 7:1 y 3. NVI.
Lectura: Proverbios
7:1-12. Versículo del día: Proverbios 7:
1 y 3.
MEDITACIÓN
Considero que si
praticamos este Proverbio de Salomón, va a ser clave no sólo para cada uno de
nosotros, sino que tiene un efecto multiplicador; será también de bendición
para los que nos siguen: hijos y nietos. Si los tenemos atados, muy cerquita a nuestro
corazón, se los podemos repetir a los niños desde su temprana edad y la Palabra
de Dios, nunca llega vacía. Si repasamos las Escrituras vemos que es un
mandato: “Grábense estas palabras en el corazón y en la mente, átenlas en sus
manos como un signo y llévenlas en su frente como una marca. Enséñenselas a sus
hijos y háblenles de ellas cuando estén en su casa y cuando vayan por el
camino, cuando se acuesten y cuando se levanten” (Deuteronomio 11:18-19). No
dejemos de instruir a nuestros niños en el camino del Señor porque aun siendo viejos
no lo abandonarán (Proverbios 22:6).
Sí bendito Señor
queremos atesorar tus Palabras; permite que no solamente nosotros las llevemos
atadas a los dedos, sino que también los niños nuestros vayan aprendiendo a
guardarlas en la tabla de sus corazones. Ciertamente son para dejarlas como
legado a ellos. Que ellos vean el ejemplo en los mayores para que de ese modo
sigan cultivando las enseñanzas y valores Tuyos, que son los que les permitirán
vivir bajo tus preceptos y prolongarán su vida aquí en la tierra. Gracias,
gracias bendito Señor y Dios nuestro.
Un abrazo y bendiciones.
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