miércoles, 24 de enero de 2024

Si tienes a Jesús cualqier edad puedes disfrutar

 Si alguien llega a la ancianidad, que disfrute de cada día de vida; pero que también recuerde que habrá muchos días oscuros. Todo lo que aún vendrá carece de sentido. 

Eclesiastés 11:8. NTV.


Lectura: Eclesiastés 11:7-10. Versículo del día: Eclesiastés 11:8.


MEDITACIÓN DIARIA


Muy cierto lo que dice el sabio Salomón en este versículo. Si el Señor nos ha permitido llegar a los años dorados de nuestra vida, cada día que pasa es ganancia y hay que disfrutarlo como si fuera el último.  Personalmente considero que a lo largo de esta travesía que llamamos vida, en cualquier parada o descanso podemos encontrarnos con piedras, montañas o lluvias con tormenta e incluso huracanes, que quizá nos hacen tropezar, pero tenemos al mejor de los amigos y guardianes (Jesús), quien, con su mano amorosa, nos tiende los brazos para levantarnos y poder continuar. Así que no te asombres cuando lleguen los tiempos de dificultad. Por eso también el Maestro Salomón, les dice a los jóvenes lo siguiente: “Gente joven: ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan. Así que dejen de preocuparse y mantengan un cuerpo sano; pero tengan presente que la juventud—con toda la vida por delante—no tiene sentido” (vs. 9-10 en la lectura).


Por lo tanto, sean jóvenes, adultos o en plena vejez, siempre hay que recordar que nuestra vida tiene sentido desde el mismo momento en que el Señor Jesús entra a formar parte de ella. Si Tú que lees este devocional nunca has tenido una relación íntima con Jesús, te invito a que le entregues tu vida. Él es el único que puede encauzarte por donde quiera que vayas y en la edad que tengas. Si te parece te sugiero que oremos:


Señor Jesús: nunca te he invitado a mi vida, pero hoy te pido que vengas a morar en mi corazón y le des sentido a la época que estoy viviendo. Sé Tú en el centro de mi corazón dirigiendo cada uno de mis pasos y conduciéndome hacia la vida que me quieres dar aquí en la tierra. Te doy gracias porque Tú perdonas todas mis faltas y me llevas inclusive a la gloria eterna Contigo. Gracias Señor Jesús.


Un abrazo y bendiciones.

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