Juan declaró: Vi al Espíritu descender del cielo como una paloma y permanecer sobre él. Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Juan 1:32-33. NVI.
Lectura: Juan 1:29-34. Versículos del día: Juan 1:32-33.
MEDITACIÓN DIARIA
Palabras de Juan el
Bautista; sigue en la lectura lo siguiente: “Yo lo he visto y por eso testifico
que este es el Hijo de Dios” (v. 34). Ayer hablando con una señora de nuestra
Congregación que hace poco tuvo una cirugía del corazón urgente, nos decía que
ella estaba segura, que el Señor había mandado un ángel a velar durante su
cirugía y yo le decía, que, sin duda alguna, porque estamos protegidos, tal
cual lo dice el Salmo 91: “Porque él ordenará que sus ángeles te protejan en
todos tus caminos. Con sus propias manos
te sostendrán para que no tropieces con piedra alguna” (Salmo 91:11-12). Y si
no fue un ángel, entonces, fue el mismo Señor Jesús. Yo puedo afirmar que Él ha
estado conmigo en momentos críticos. Jesús es el mismo ayer, hoy y por los
siglos. Manifiesta su poder y gloria a todos los suyos para que precisamente
también demos testimonio de Él como el Hijo de Dios que es.
Mira lo que dijo Juan: “Yo
mismo no lo conocía, pero…”. Un pero que indica un antes y un después. Tú puedes decir igual que no lo conoces y puedes
hacerlo en este momento con una corta y sincera oración a Jesús. Igual que
Juan consigues ‘un antes’ y ‘un después’. Te aseguro que darás testimonio de lo
que el Señor hará contigo. Si te parece podemos orar; dile así:
Señor Jesús: quiero
conocerte porque te necesito. Sé que moriste por mis pecados; te pido perdón
por ellos. Toma mi vida; te la entrego para que seas mi Señor y Salvador. Gracias
por perdonarme y permitirme tener una relación contigo. Gracias por la nueva
vida que me darás aquí en la tierra y la vida eterna a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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