Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios.
Eclesiastés 2:24. NTV.
Lectura: Eclesiastés 2:18-26. Versículo del día: Eclesiastés 2:24.
MEDITACIÓN DIARIA
Así es. Hay que disfrutar
lo que tenemos como una buena cena, un día familiar, un buen trabajo, una
agradable cama e incluso una hermosa casa o un viaje que el Señor nos permita
gozar. Todo esto no son más que ricas bendiciones que el Señor nos regala. Por
todo lo anterior, debemos de ser agradecidos y no dejar pasar un día, un
momento, sin levantar los ojos al cielo y dar gracias con corazón sincero a
Dios; Dios desea que aquí en la tierra también tengamos una buena vida. El
Señor dice que Él es la puerta y que si entras por ella serás salvo (Juan 10:9);
y en el versículo siguiente, el Señor prosigue: “El ladrón no viene más que a
robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en
abundancia” (Juan 10:10).
Así que yo te invito a
entregar tu vida a Jesús. Entra por esa puerta que Él tiene disponible para ti.
“Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré, cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20 NVI). ¿No te parece
maravilloso tener a tu lado por siempre a Jesús? ¿A tenerlo como a tu mejor amigo?
Jesús vino a morir por ti; perdona tus pecados y te da una vida con propósito
aquí en la tierra y una vida eterna. Te invito a orarle a Jesús; te puedo
insinuar una oración, dile así:
Señor Jesús:
Entiendo que Eres la puerta para ser salvo y a la vez me dices que yo también
tengo que abrirte la puerta de mi corazón para que seas mi Señor y Salvador. Hoy
decido hacerlo; ¡te necesito Jesús! Toma el control del trono de mi vida y
hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonar mis pecados y
darme una vida eterna Contigo.
Un abrazo y bendiciones.
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