miércoles, 19 de octubre de 2022

Un encuentro con el Señor

¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras? 

Lucas 24:32. NVI.


Lectura: Lucas 24:13-35.  Versículo del día: Lucas 24:32.


MEDITACIÓN DIARIA


No sé todavía la verdadera razón por la que me apasiona tanto este pasaje de la Biblia. Recién llegamos aquí a Broward por el balcón de nuestro apartamento que da hacia el campo de golf, se divisaba un arbolito qué lo asemejaba al Señor; era derechito y las ramas de arriba estaban cortadas como en una especie de aureola y le puse el nombre: 'Jesús camino a Emaús'. Ahora, lo triste es que después de la pandemia el campo está muy descuidado y otros árboles taparon al que tanto quiero. Pero bueno; el pasaje nos habla de dos de los discípulos que después de la resurrección de Jesús, iban hacia Emaús y el Señor se les apareció para hablar con ellos, aunque solo fue hasta más tarde en la cena que lo reconocieron. Por eso mismo dicen: “¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?”. ¡Qué lindo encuentro! Es el mismo Señor quien los busca; no solamente para recordarles las Escrituras sino también para consolarlos.

El camino que recorremos como cristianos a veces se torna difícil y caluroso; otras veces helado y álgido. Sin embargo, nuestro Maestro va al lado nuestro para llevarnos de su mano, despejar nuestras dudas y sentir su abrazo. No dudes en dejarte arrastrar por ese camino; Él te mostrará cuánto te ama y entenderás que una cosa es saber de Jesús, pero otra muy diferente llegar a conocerlo. No dejes que tus ojos sigan velados para verlo de cerca y experimentar ese amor que te ofrece a cambio de nada. Tú que estás sufriendo: ¡Encuéntrate con el Señor! ¡Déjate abrazar por Jesús!


Señor Jesús: hay tanto dolor en estos caminos andados que aun mi corazón también llora por todos los que sufren. Mi Señor hay terrenos álgidos con situaciones críticas respecto a la salud. Mira los corazones y las vidas de incluso tanto joven con enfermedades como el cáncer. Tú que Eres la Resurrección y la Vida, humildemente te pedimos que pongas tu mano sanadora en estos cuerpos. Gracias buen Señor porque acatamos tu santa voluntad sabiendo que Eres Soberano y sabes exactamente lo mejor para la vida de cada uno. Ve hacia ellos, así como lo hiciste con estos discípulos y llénalos de tu paz, de tu gozo y de la confianza plena de que son especiales para Ti y los sostienes bajo tus brazos. Muchas gracias mi Señor y Dios. ¡Te amo fuerza mía, mi apoyo incondicional Eres Tú!


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: