Y, cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido.
Lucas 15:5-6. NVI.
Lectura: Lucas 15:1-7. Versículos
del día: Lucas 15:5-6.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor se encontraba hablándole a recaudadores de impuestos y pecadores.
Los fariseos y maestros de la ley murmuraban: “Este hombre recibe a los
pecadores y come con ellos” (v. 2b); entonces les relata la parábola de ‘la
oveja perdida’: Eran cien ovejas, pero una se perdió y el señor del rebaño va
en busca de ella y la encuentra.
Tal vez en este momento, tú sepas que pertenecías al rebaño del Señor, pero
sin darte cuenta cómo, resultaste por otro camino y has dejado el aprisco del
que tanto Te ha amado para ir en pos de lo desconocido y efímero. Déjame
decirte que eres esa oveja perdida y que hoy el Dueño del mejor rebaño, el Buen
Pastor viene a buscarte. Quizá estás cansado, agobiado, maltratado y
profundamente herido. No importa cómo te encuentres, el Señor vuelve hacia ti
para cargarte de nuevo, llevarte en sus hombros y curarte las heridas que dejó
tu desliz. ¡No temas! Lánzate a sus brazos, déjate consentir por quien es el
verdadero amor; Él es tu Amado que feliz quiere regresar contigo.
Señor Jesús: gracias porque no alcanzamos a dimensionar ese amor tan grande y sublime que nos tienes. Gracias porque cada ovejita Tuya es especial para Ti. Gracias porque Eres el Gran Pastor que cuida perfectamente su rebaño; sufres, lloras y te angustias cuando ves que falta una. Ansías entonces recogerla y atraerla sin reproche alguno. Mi Señor, haznos entender Tu incomparable amor.
Un abrazo y bendiciones.
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