El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
1 Corintios 13:6-7. NVI.
Lectura: 1 Corintios
13:1-13. Versículos del día: 1 Corintios 13:6-7.
MEDITACIÓN DIARIA
La más linda definición
del amor está escrita en el libro por excelencia que es la Biblia. Si en verdad
queremos saber si amamos a alguien o si una persona nos ama, nos basta con leer
el capítulo 13 de la Primera Carta del apóstol Pablo a los de Corinto. ¿Cómo debe
ser el amor? Miremos exactamente lo que
nos dice el texto: “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso
ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se
enoja fácilmente, no guarda rencor”. (vv. 4-5). Anterior a esto recalca que no
importa que hablemos en lenguas, sepamos mucho o tengamos el don de profecía y
entendamos todos los misterios; no importa que tengamos la fe que pueda trasladar
montañas, pero si nos falta amor, nada somos. Ni siquiera si reparto todos mis
bienes entre los pobres, pero no tenemos amor, de nada vale.
Este es el verdadero amor.
Sin amor no hay salvación y es el amor de Cristo por nosotros: es el mismo que
debemos expresar no solamente a los cristianos o a los que nos hacen bien. El
amor rige para todo el mundo de manera igual. ¿Y qué no decir para el hombre y
la mujer que dicen, se aman? La vida debería estar basada en el amor y es la
única ley que el Señor Jesús nos mandó: “Este mandamiento nuevo les doy: que se
amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben
amarse los unos a los otros” (Juan 13:34). Hay tres virtudes permanentes: la
fe, la esperanza y el amor; pero la más excelente de ellas es el amor (v. 13 en
la lectura). ¿Estás dispuesto a dar este amor?
Señor Jesús:
enséñanos a amar hasta el punto como lo hiciste con nosotros dando tu propia
vida. Que amemos sin reparos ni objeciones queriendo siempre hacer el bien y
cumpliendo tu voluntad como nos lo dejaste estipulado. Señor, para amar así
necesitamos también de tu ayuda para aprender a perdonar. Pon esta noble virtud
del amor y encadénala con el perdón para que nunca se nos olviden. Átalas
alrededor de nuestro cuello. Permite que se impregnen en el corazón, de manera
que sean parte integral nuestra. Que si en verdad decimos que te amamos practiquemos
el legado que nos dejaste. Gracias bendito Jesús.
Un abrazo y bendiciones.
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