miércoles, 18 de septiembre de 2019

Ser administradores íntegros


El que es honrado en lo poco también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco tampoco lo será en lo mucho. 
Lucas 16:10. NVI.

Lectura: Lucas 16:1-15.  Versículo del día: Lucas 16:10.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor les hablaba a sus discípulos la parábola del administrador astuto que en otras versiones es llamado, el mayordomo infiel. Este administrador les rebajó la deuda a sus deudores pensando en que, al salir de ese trabajo, tendría gente que lo recibiera en su casa. El patrón elogió la astucia del administrador y dijo: “Es que los de este mundo, en su trato con los que son como ellos, son más astutos que los que han recibido la luz” (v. 8).  Creo que el Señor elogio la astucia puesto que este administrador usó su sagacidad en beneficio propio tal como lo hacen los del mundo. Pero nosotros, ¿qué hacemos? Tenemos cantidad de riqueza espiritual que el Señor nos ha regalado y la deberíamos usar para ganar amigos para el cielo.
Pensarás que no tienes riquezas espirituales, pero Dios te ha regalado la vida, el tiempo, tus talentos. En fin, aquí somos también mayordomos de todo lo que el Señor ha puesto a nuestra disposición y llegará el momento en que tengamos que rendir cuentas a nuestro Amo de lo entregado y cómo lo usamos. Por ejemplo: nuestros hijos; somos nada más que administradores de ellos porque le pertenecen a Dios, pero se nos ha dado el privilegio de tenerlos y levantarlos para la gloria de Él. Si hemos aprendido a ser fieles en los poco, lo seremos también en lo mucho. “Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas? Y, si con lo ajeno no han sido honrados, ¿quién les dará a ustedes lo que les pertenece?” (vv. 11-12). Revísate como el mayordomo que eres y mira si estás administrando bien lo entregado.

Señor Jesús: queremos ser los mejores administradores de todo lo que has puesto a nuestra disposición. Enséñanos buen Señor a ser excelentes para que de ese modo cosechemos frutos que perduren para la vida eterna. Permite que seamos sagaces y buscar que cada persona encomendada sea una más para tu reino. ¡Te alabamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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