El Señor le dijo a Abram: Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré.
Génesis 12:1. NVI.
Lectura: Génesis 12:1-9. Versículo del día: Génesis 12:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Ayer cuando íbamos para la Iglesia empecé a hacerle a Dios una serie de
preguntas. ¿Señor, por qué me trajiste a este país? ¿Por qué a Broward y
exactamente a Lauderhill? Le dije al Señor: la verdad no entiendo nada de nada
y un nudo se me fue haciendo en la garganta mientras más seguía mi pensamiento
cuestionando por qué, por qué, por qué. Apesadumbrada me senté a escuchar la
prédica y el Pastor comenzó su charla con el versículo de Génesis 12:1. ‘Sal de
tu tierra’ dijo él. Y pensé justo lo que yo estaba preguntando. -Allí hay
bendición y tú también serás bendición, continuó el Pastor.
La verdad es que aparte de venir a estar con nuestro hijo, sé que hay otro propósito
para mi vida, pero aún no logro vislumbrarlo. Las palabras de mi Pastor calmaron
en cierta medida mi zozobra. Sin embargo, le sigo pidiendo al Señor me dé más
claridad porque no comprendo en profundidad mis ideas y mucho menos lo que Dios
quiere hacer conmigo aquí. De una cosa estoy segura: si dijo que aquí me bendeciría,
es porque así será. Más adelante lo confirma: “No temas, Abram. Yo soy tu
escudo, y muy grande será tu recompensa” (Génesis 15:1). Sí; ‘no temas, Dora.
Yo soy tu escudo, y muy grande será tu recompensa’. El Señor cumplirá su
propósito en mí.
Amado Dios: gracias por tu Palabra que es verdad. Gracias
porque si Tú dices que en esta tierra me vas a bendecir, así no vea nada por ahora,
sé que lo harás. Tal vez Señor, soy inconforme con lo que me has dado y no
aprecio tus bendiciones ya derramadas. Perdona mi incredulidad y enséñame a ser
como Abraham que simplemente creyó sin poner obstáculos de ninguna naturaleza.
Dame el valor y la serenidad para esperar lo que me tienes preparado. ¡Te alabo
buen Dios y Señor mío!
Un abrazo y bendiciones.
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