El Señor dice: Este pueblo me alaba con la boca y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración no es más que un mandato enseñado por hombres.
Isaías 29:13. NVI.
Lectura: Isaías 29:13-21. Versículo del día: Isaías 29:13.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús hablando con los fariseos y maestros de
la ley, les recordó estas mismas palabras del profeta Isaías (Mateo 15:7-9). En
la Iglesia del Señor Jesucristo nos encontramos igual, con muchos fariseos hipócritas;
se dice una cosa y se practica otra completamente diferente. Dios desea de nuestra
parte un corazón contrito y humillado (Salmo 51:17); un corazón que entienda
que la obediencia para Él es la mejor adoración. No sacamos nada con ir los
domingos a escuchar la Palabra de Dios, si solamente la dejamos ahí; como una
lección más. No; hay que bajarla, guardarla en nuestro corazón para ser
hacedores de ella, para tenerla a flor de labios en caso de necesitarla o para
meditarla en el diario vivir.
Dios no quiere que hayamos cambiado de religión: Él
desea un cambio profundo; de adentro del corazón. Para que esto se dé, tenemos
que acatar su Palabra. La obediencia vale más que los sacrificios. A Dios le
agrada más que le obedezcamos que miles de sacrificios: “El obedecer vale más
que el sacrificio, y el prestar atención, más que la grasa de carneros” (1
Samuel 15:22). Es que ni siquiera prestamos atención a lo que se dice y mucho
menos obedecemos. El Señor nos lo entregó todo por amor; de igual manera, por
amor a Él debemos obedecerle.
Amado Señor Jesús: enséñanos a ser verdaderos seguidores
tuyos. Tú dices que somos tus amigos si hacemos lo que nos mandas. Queremos ser,
ante todo tus amigos; tus mandatos son claros y están en tu bendita Palabra.
Permite que nos empapemos de ellos para conocer tu voluntad. Pon en cada uno de
nosotros, un corazón como el de David, para que esté cerca al Tuyo. ¡Gracias
bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario