viernes, 22 de marzo de 2019

Las Buenas Nuevas son para todos


El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor.
Lucas 4:18-19. NVI.

Lectura: Lucas 4:18-19.  Versículo del día: Lucas 4:18-19.

MEDITACIÓN DIARIA

Al comienzo de su ministerio El Señor Jesús pasa a la sinagoga de Nazaret un sábado, y hace la lectura recordándoles las palabras proféticas de Isaías 61:18. Como lo miraban con mucha atención Él les dijo: “Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes” (v. 21). Todos en la Sinagoga estaban encantados de escucharle. Pero cuando les habló de los tiempos de Elías que, habiendo hambre en toda la tierra, no fue a buscar ninguna viuda de allí sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón (1 Reyes 17:13-16). Y que igual sucedió con Eliseo; habiendo tantos enfermos en Isael de lepra, él fue enviado a sanar a Naamán un oficial del ejército sirio (2 Reyes 5:13-14). Para nada les gustó a los de la sinagoga escuchar estas palabras. Por eso dice la Escritura: “Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron” (Juan 1:11). Los de su pueblo lo rechazaron. Entonces, las Buenas Nuevas llegaron a nosotros que somos las ramas prendidas en la raíz del olivo y participamos de su savia nutritiva (Romanos 11:17-18). Por lo visto, los de la sinagoga fueron parte de las ramas desgajadas de las que habla Pablo en la Carta a Romanos.
Aprovechemos como ramas injertadas las Buenas Nuevas que el Señor Jesús nos trae: Él es salvación, sanidad, libertad. Todo lo que nos ofrece es gratuito. Cuando nos dan un regalo, nunca decimos ‘no’; al contrario, lo recibimos, nos alegramos y agradecemos a la persona que nos lo obsequia. Las Buenas Nuevas son para todos. Este regalo de Jesús es el mejor de los mejores. No lo deseches.

Amado Señor Jesús: muchas gracias por permitirnos conocerte y disfrutar de todo lo que Eres, de todo lo que ofreces. Oramos porque estas Buenas Nuevas puedan llegar a tantos que andan abatidos, atribulados, encarcelados en su propio ego. Señor permítenos ser útiles en tu obra. Utilízanos y danos el denuedo para compartir lo que ya has hecho con cada uno de nosotros. Gracias bendito Jesús. Te alabamos y te honramos.

Un abrazo y bendiciones.

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