Me hizo bien haber sido afligido, porque así llegué a conocer tus decreto”.
Salmo 119:71. NVI.
Lectura: Salmo 119:65-72. Versículo del día: Salmo 119:71.
MEDITACIÓN DIARIA
Infortunadamente muchas veces actuamos al revés: en
vez de aprender a las buenas, nos toca a las malas. Y digo a las malas, porque
para nadie es un secreto que la disciplina duele; pero Dios, nuestro mejor
Papito sabe cómo corregirnos para que entendamos su Palabra y su voluntad. “Lo
que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos.
¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?”; “Ciertamente, ninguna
disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa;
sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han
sido entrenados por ella”; (Hebreos 12:7 y 11). Así es, si aprendemos la lección
obtendremos el fruto deseado de vivir en paz y de hacer el bien.
“Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de
monedas de oro y plata” (v. 72 en la lectura). Cuando entendemos quién es Dios
y qué desea de nosotros, estamos obteniendo ya, la sabiduría divina; la que
nadie nos puede arrebatar por la bendita gracia de Dios. Esta sabiduría, dice
la Escritura: “Es más valiosa que las piedras preciosas: ¡ni lo más deseable se
le puede comparar!” (Proverbios 3:16). Pongámonos felices cuando lleguen
momentos de aflicción. Dios detrás de eso, tiene preparado algo mejor para
nosotros: conocerle y llegar a la perfección como Cristo Jesús.
Amado Padre: gracias por hacernos entender lo valiosa
que es tu disciplina. Gracias por los momentos de angustia y desolación que
hemos vivido porque en verdad, ahí hemos visto tu mano poderosa para entender
el para qué de ese problema. Tus enseñanzas Señor son valiosas; van formando en
nosotros tu carácter con el conocimiento de tu Hijo para llegar a la estatura
de su plenitud. ¡Cuán deseable es llegar hasta allí! ¡Te amamos y queremos
hacer tu voluntad!
Un abrazo y bendiciones.
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