Entonces hizo este voto: Señor Todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya, y si en vez de olvidarme te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello.
1 Samuel 1:11. NVI.
Lectura: 1 Samuel 1:1-20. Versículo del día: 1 Samuel 1:11.
MEDITÁCIÓN DIARIA
Esta fue la oración de Ana, la esposa de Elcaná que no
podía tener hijos; con angustia y desconsuelo le clamó al Señor por esta
petición. El sacerdote Elí, al saber que estaba afligida le responde: “—Vete en
paz —respondió Elí—. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido” (v.
17). Más adelante el Señor se acordó de ella. “Ana concibió y, pasado un año,
dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, pues dijo: Al Señor se lo pedí” (v.
20). Después que Ana destetó al niño lo llevó a la casa del Señor en Siló y
presentaron el niño a Elí: “Dijo Ana: Mi señor, tan cierto como que usted vive,
le juro que yo soy la mujer que estuvo aquí a su lado orando al Señor. Este es
el niño que yo le pedí al Señor, y él me lo concedió. Ahora yo, por mi parte,
se lo entrego al Señor. Mientras el niño viva, estará dedicado a él. Entonces
Elí se postró allí ante el Señor” (vv. 26-28).
Aprendamos muy bien la lección: al Señor hay que
cumplirle lo prometido; de lo contrario dice la misma Palabra, entonces es
mejor no prometer que prometer y no cumplir (Eclesiastés 5:1-5). Creo que
cuando nos comprometemos en la Iglesia bien sabemos que es para la obra del Señor.
Hay que hacerlo con la mayor responsabilidad y alegría. Dios no puede ser
burlado (Gálatas 6:7). Seamos consecuentes con lo que afirmamos. Que nuestro
sí, sea sí y nuestro no, no. Hay que cumplir y cumplirlo con excelencia.
Señor nuestro: te damos gracias por enseñarnos cada día
a ser verdaderamente tus discípulos que deseamos ante todo cumplirte lo prometido.
No nos dejes hablar palabras vanas y hablar por hablar. Señor, multiplica el
tiempo para que tengamos comunión Contigo anhelando que ese momento sea
maravilloso como de la novia que se encuentra con su Amado. ¡Gracias bendito
Señor y Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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