viernes, 25 de enero de 2019

Es bendición ser obedientes a su Palabra


Por eso el Señor se enfureció contra Israel y dijo: Puesto que esta nación ha violado el pacto que yo establecí con sus antepasados y no me ha obedecido, tampoco yo echaré de su presencia a ninguna de las naciones que Josué dejó al morir. 
Jueces: 2:20-21. NVI.

Lectura: Jueces 2:1-22.  Versículos del día: Jueces 2:20-21.

MEDITACIÓN DIARIA

El pueblo de Israel rompió el pacto que habían hecho los antepasados al Señor y se volcaron desenfrenadamente hacia la idolatría; por eso el Señor no permitió que conquistaran totalmente esa tierra. Tuvieron que vivir con los cananeos y su vida fue difícil al lado de ellos. Además, sus dioses, se convirtieron en trampa. El pueblo le sirvió al Señor mientras Josué y los de su generación vivieron. Después de muertos, las nuevas generaciones abandonaron al Dios de sus padres y adoraron a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté. Por su desobediencia, Dios se enfureció contra ellos y los entregó en manos de invasores que los saquearon. Teniendo nuevamente clemencia hizo surgir caudillos que los libraran del poder de esos invasores, pero tampoco los escucharon (vv. 1-19.
Estas situaciones vividas por Israel nos sirven de ejemplo en este tiempo. Es importante que desde bien pequeños las generaciones venideras, volteen los ojos firmemente al Señor y nosotros, estar inculcándoles insistentemente el temor reverente al Señor. Una cosa es bien cierta: si obedecemos seremos altamente bendecidos; pero si es lo contrario y seguimos nuestro propio camino desviándonos de la fe en Jesucristo, entonces, las consecuencias llegarán.
Ya que hemos visto y palpado la bondad y misericordia del Señor, no busquemos ni indaguemos sobre lo que no, nos incumbe. Satanás no perderá oportunidad para hacernos caer, desviarnos fácilmente de la Palabra y resultar haciendo todo lo contrario a lo que ya sabemos.

Amado Señor: te damos gracias por tu Palabra que es verdad y está ahí, para enseñarnos, corregirnos e instruirnos en justicia. Deseamos ser obedientes a tu voluntad y no dejarnos llevar por las mentiras del mundo que fácilmente nos alejan de Ti.

Un abrazo y bendiciones.   

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