miércoles, 16 de enero de 2019

Aceptando su sangre derramada


Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos —les dijo—. 

Marcos 14:24. NVI

Lectura: Marcos 14:12-26.  

MEDITACIÓN DIARIA

Jesús celebrando la pascua con sus discípulos, primero partió el pan, lo bendijo y lo dio diciéndoles: “Tomen; esto es mi cuerpo” (v. 22). Luego tomó la copa del vino, dio gracias y se la dio a ellos. “Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos —les dijo—”.
La sangre de Jesús no fue derramada porque sí; con esa sangre nos reconcilió con Dios perdonando nuestros pecados: “En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7). De ahí que es tan importante la Cena del Señor en los Cultos de la Iglesia, porque es recordar el sacrificio de Jesús en la cruz: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella, en memoria de mí” (1 Corintios 11:25). Jesús, el mediador del nuevo pacto (Hebreos 12:24), quiere que nos acerquemos a Dios. Nadie puede decir que no es pecador; todos somos pecadores y por consiguiente destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!”. Solamente por su sangre ahora somos justificados.
Si su preciosa sangre nos justifica ante Dios, ¿por qué no aceptar su obra redentora en la cruz? Te invito a que le digas a Jesús que aceptas lo que hizo por ti. Oremos:

Señor Jesucristo: te necesito; acepto que tu sangre derramada es el nuevo pacto que me permite ser justificado ante Dios Padre y te recibo en mi vida como mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme y limpiarme. En tu Nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: