sábado, 15 de septiembre de 2018

Es el amor ofrecido a pesar de...



El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser. 
1 Corintios 13:4-8a. RVR 1960.

Lectura: 1 Corintios 13:1-13.  Versículos del día: 1 Corintios 13:4-8a.

MEDITACIÓN DIARIA

Hoy se celebra en Colombia, mi país, el día del amor y la amistad; entonces quise hablar del amor bajo la luz de la Palabra de Dios.
Amor es una palabra trajinada y en boca de muchos, aunque no se practique. Pero para Dios el amor lo es todo porque Dios es amor (1 Juan 4:8). La descripción que nos dan Las Escrituras sobre el amor, es exactamente el amor ofrecido por Dios a través de su Hijo Jesucristo. El Señor Jesús es la muestra del amor verdadero. “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos” (Juan 15:13). Jesús nos trata como verdaderos amigos; nos dio a conocer todo lo que el Padre le dijo para que ahora estemos dentro de su círculo celestial.
Este amor tan sublime descrito en los versículos del día, es el regalado sin merecerlo a toda la humanidad; lo triste es que el mundo no lo conoció, lo desechó. No le interesó en lo más mínimo su amor y aun en esto tiempos lo desprecia y lo echa por la borda. Nadie puede amar más de lo que el Señor lo hizo en esa cruz y de lo que está dispuesto a seguir haciendo cuando volteamos los ojos hacia Él. Nada pide a cambio: su sublime gracia encerrada en todo su amor ante el mundo vale la pena tomarla para sí y no soltarla jamás.
¿Te pregunto si en este día especial del amor y la amistad deseas que Jesús sea tu amigo? Es el único que puede ofrecerte un amor a pesar de… Te invito a orar así:

Señor Jesús: hoy entiendo que eres el mejor de los Amigos y que me has amado tanto que no dudaste en dar tu vida por mí. Quiero tenerte por siempre a mi lado y aprender todo lo que el Padre te dio a conocer para que, por ese mismo amor entregado, yo pueda ser tu amigo fiel. Gracias por considerarme tu amigo y por darme Contigo el gozo de compartir en tu reino. ¡Te alabo y te honro bendito Jesús!

Un abrazo y bendiciones.

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