Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.
Marcos 1:35.
Lectura: Marcos 1:35-39. Versículo del día: Marcos 1:35.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús nos dio el ejemplo de orar en las
primeras horas de la mañana. A mí personalmente me gusta a esa hora porque es
cuando estamos más despejados y descansados. Esto no quiere decir que, si tu
costumbre es en horas de la noche o del medio día no esté bien. De todas
maneras, debemos estar orando constantemente (1 Tesalonicenses 5:17). El orar
sin cesar que nos dice la Biblia es el orar por una necesidad o persona en el
momento que se recuerde sin dejar de hacer la actividad que se esté realizando;
o también dejando en manos del Señor esa misma actividad. Como algo más especial es el tiempo que le
dedicamos a nuestro Papito Dios para afianzar esa relación de intimidad que
debe existir con Él. Además de eso el Señor buscaba un lugar solitario, y eso
también es porque nuestro buen Dios suele manifestarse en la calma y en la
quietud.
Lo mejor, creo yo, es que sea el mismo Espíritu Santo
quien demuestre a cada uno la hora y el lugar apropiado para hacerlo.
Amado Señor: No solamente nos dejaste ese ejemplo
especial de orar a nuestro buen Padre celestial, sino que también nos enseñaste
la manera de dirigirnos a Él en un tiempo especial. Gracias por tanta
instrucción que a diario nos das. ¡Te alabamos y te bendecimos Señor Rey de
Majestad y Poder!
Un abrazo y bendiciones.
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