sábado, 29 de septiembre de 2018

La restauración cambia nuestro rostro


Restáuranos, oh Dios Todopoderoso; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y sálvanos. 
Salmo 80:7. NVI.

Lectura: Salmo 80:1-19.   Versículo del día: Salmo 80:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Hermoso Salmo pidiendo al Señor por la restauración del pueblo judío; tal parece, que hace alusión al tiempo en que estuvieron cautivos en Babilonia. Si lo aplicamos a nuestras vidas, también podemos decir que el atravesar aflicciones y penas difíciles, nos hacen humillados o sometidos a personas o entidades bien sea por deudas o por la misma situación vivida. Igual como el Salmista clamamos: “¿Hasta cuándo, Señor Dios Todopoderoso, arderá tu ira contra las oraciones de tu pueblo?  Por comida, le has dado pan de lágrimas; por bebida, lágrimas en abundancia. Nos has hecho motivo de contienda para nuestros vecinos; nuestros enemigos se burlan de nosotros” (vv. 4-6). Creo que nadie puede ufanarse de no haber vivido situaciones parecidas: unos en el campo físico, otros en el financiero y hasta en el área emocional; y es ahí cuando volteamos los ojos al Dador de la vida para clamarle por nuestras angustias.
Cuando por fin llega el momento de la restauración, nuestras acciones demuestran regocijo y paz. El rostro que es el primero en demostrar las dificultades cambia totalmente; se llena de júbilo y las facciones se distensionan. La restauración nos da júbilo, alegría, gozo, paz y bienestar. Cuando llega esa bendita restauración podemos mostrar una cara feliz, que rebosa en optimismo y agradecimiento a Dios. Aprendamos a ser agradecidos con nuestro buen Dios. Si no fuera por los momentos de crisis vividos no podríamos dar fe en lo que Él es capaz de hacer. Toda tribulación se convierte en motivo de exaltación de su poder y de su fidelidad.

Amado Señor: Sí, hemos estado cautivos en medio de desiertos secos y sedientos, pero Tú siempre nos has respondido con amor y misericordia para restaurarnos y llevarnos hacia un camino despejado, limpio y sosegado. Gracias bendito Señor porque tu fidelidad nunca se agota. Oro por las personas que hoy se encuentran atrapadas en enfermedades, deudas, atravesando el dolor de una pérdida familiar o crisis de divorcio, para que ellas vuelvan los ojos hacia Ti,  vean tu mano protectora sobre sus vidas, y sus rostros cambien el dolor por alegría. Gracias buen Dios.

Un abrazo y bendiciones.

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