Investiga los tiempos pasados, desde el día que Dios creó al ser humano en la tierra, y examina la tierra de un extremo a otro del cielo. ¿Ha sucedido algo así de grandioso, o se ha sabido alguna vez de algo semejante?
Deuteronomio 4:32 NVI.
Lectura: Deuteronomio 4:32-40. Versículo del día: Deuteronomio 4:32.
MEDITACIÓN DIARIA
Podemos preguntar: ¿para ti quién es Dios? Muy
seguramente dirás el Ser Supremo, el que hizo los cielos y la tierra; es el
amor total; es un Dios Misericordioso, perdonador y también decir: es el Gran
Yo Soy. Todas estas respuestas son válidas. Ahora como en los tiempos de Israel
cuando Moisés ya casi para morir le recordó a ese pueblo todas las cosas por
las que habían pasado desde que salieron de Egipto, y el gran poder de Dios
para sacarlos de allí y velar por ellos por cuarenta años cruzando un desierto
árido, caluroso y sediento, podemos entonces tomar esta lección igual para
nosotros. También estábamos sumidos en el pecado y esclavizados por él. Quizá
se cruzaron desiertos oscuros, largos, difíciles de transitar, pero ya se está
o al menos se divisa la tierra prometida que nos ofrece el Señor. Hemos pasado
pruebas, pero hemos visto su poder obrando en nuestras vidas; hemos sido
testigos no solamente en nuestra propia vida sino en la de otros de sus
milagros, su perdón y misericordia inmensa para alcanzarnos y hacernos parte
de su reino. Todo esto lo hace nuestro buen Dios y Señor por cada uno siendo
aún pecadores, para darnos a conocer quién en verdad es Él. “A ti se te ha
mostrado todo esto para que sepas que el Señor es Dios, y que no hay otro fuera
de él. Desde el cielo te permitió escuchar su voz, para instruirte. Y en la
tierra te permitió ver su gran fuego, desde el cual te habló” (vv. 35-36 en la
lectura).
Reflexiona y responde la pregunta: ¿quién es para ti,
Dios? “Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el
cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro” (v.39).
Amado Señor: Sí mi Dios; no hay ni habrá ningún otro
Dios como Tú. muchas gracias por revelarte de ese modo a nosotros. Te adoramos
y bendecimos tu Precioso Nombre. Los cielos y la tierra cuentan tu gloria y nos
hacen partícipes de tu grandeza y majestad. Tú Eres nuestra Roca eterna, el
Dios que nos salvas y levantas. A Ti te damos todo loor y honra por siempre.
Un abrazo y bendiciones.
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