Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias; sus conocimientos eran tan vastos como la arena que está a la orilla del mar.
1 Reyes 4:29.
Lectura: 1 Reyes
4:29-34. Versículo del día: 1 Reyes
4:29.
MEDITACIÓN DIARIA
Salomón lo único que le
pidió a Dios para gobernar a su pueblo fue sabiduría y al Señor le agradó su actitud. No solamente
le dio sabiduría más que a algún otro en la tierra, sino que también lo llenó
de riqueza y esplendor (1 Reyes 2:9-13).
Todos necesitamos
sabiduría para manejar nuestra vida. Lo que pasa es que se nos olvida de quién
dependemos, y queremos hacer las cosas a nuestra manera, sin acordarnos
del compromiso que hicimos con el Señor
cuando lo recibimos en nuestras vidas. Bien empiezan los Proverbios diciéndonos
que el que quiera ser sabio, tiene que empezar por obedecer al Señor. Este es
el principio de la sabiduría (Proverbios 1:7). Y si consideramos que no la
tenemos o que nos falta mucha, entonces, debemos pedírsela a Dios: “Si a alguno
de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a
todos generosamente sin menospreciar a nadie” (Santiago 1:5). Dios es la fuente
de la sabiduría: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del
conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus
caminos!” (Romanos 11:33). La sabiduría es la fuente de la que brota
discernimiento, fe, dominio propio, prudencia y una dosis abundante de amor.
Amado Señor: Como somos
tardos para entender y valorar tu Palabra, Tú que eres poderoso en fuerza de
sabiduría y no desestimas a nadie, te rogamos que nos llenes de tu conocimiento
para saber cómo manejarnos según tus estatutos y decretos y así entender el camino por el cual nos
conducirás hacia la patria celestial. ¡Necesitamos una dosis grande de tu sabiduría
buen Dios! ¡Gracias mi Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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