¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? 6 No está aquí; ¡ha resucitado! Lucas 24:5b-6.
Lectura: Lucas
24:1-12. Versículos del día: Lucas
24:5b-6.
MEDITACIÓN DIARIA
Palabras de los ángeles
a las mujeres que fueron a visitar el sepulcro y se encontraron con su tumba
vacía. Ellas al regresar dieron estas buenas noticias a los once, y aunque su
Maestro les había dicho que resucitaría al tercer día, no creyeron a las
mujeres (v. 9-11); unos fueron personalmente a comprobarlo y los demás al verlo
cuando el Señor se les presentó; “dichosos los que no han visto y sin embargo
creen” (Juan 20:29). Así, llana y sencillamente tenemos que proclamar: ¡El
Señor Jesús resucitó de entre los muertos! ¡Gloria a Dios! Quizá el milagro más
grande del cristianismo sea este.
El apóstol Pablo lo
manifiesta en su Carta a los Corintios de esta manera: “Porque ante todo les
transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros
pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día
según las Escrituras” (1 Corintios 15:3-4). Esto es exactamente el mensaje de
salvación que a través de los siglos se sigue trasmitiendo: creer en
Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, padecido, muerto, crucificado y
resucitado. He pensado ¿cuál milagro es más preeminente: su encarnación por
obra y gracia del Espíritu Santo o su resurrección de entre los muertos?
Definitivamente ambos iguales de importantes y ambos misterios de difícil
comprensión para nosotros los mortales.
Lo triste de todo es
que se habla una y otra vez del tema y con mayor énfasis en los tiempos donde
conmemoramos cada uno, y ya se volvió como tarea rutinaria leerlo y quizá
entenderlo con nuestra mente pero no con
el corazón. La verdad de su resurrección fue tan evidente que nadie de esa
época pudo refutarla. Si continuamos leyendo la Escritura de la Carta a los
Corintios vemos que Pablo nos afirma lo siguiente: “Y si Cristo no resucitó,
esta buena noticia que anunciamos no sirve para nada, y de nada sirve tampoco
que ustedes crean en Cristo” (1 Corintios 15:14 Traducción Lenguaje Actual
–TLA-), (Lo trascribí en esta versión para hacerlo más entendible). Creer en la
resurrección de Jesús es muy importante. El Señor Jesús no se quedó en un
madero crucificado; su tumba está vacía. Él fue levantado de entre los muertos
y vive para siempre dejándonos la bendita esperanza de sus palabras a Marta la
hermana de Lázaro: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá,
aunque muera” (Juan 11:25).
¿Lo crees en tu
corazón? Entonces confiésalo con tu boca (Romanos 10:8-10).
Señor Jesucristo: Yo
confieso con mi boca y creo en mi corazón que eres el Hijo de Dios, muerto por
mis pecados y levantado de entre los muertos por Dios para darme vida eterna a
tu lado. Te acepto como mi Señor y Salvador personal y te doy gracias por
perdonar mis pecados y por venir a morar conmigo. En tu Nombre Jesús, amén.
Un abrazo y
bendiciones.
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