martes, 13 de febrero de 2024

Volvamos al primer amor con el Señor

Pero tengo una queja en tu contra. ¡No me amas a mí ni se aman entre ustedes como al principio!

 Apocalipsis 2:4. NTV.


Lectura: Apocalipsis 2:1-7.  Versículo del día: Apocalipsis 2:4.


MEDITACIÓN DIARIA


Siendo sincera, yo siempre pasaba por alto los mensajes a las diferentes Iglesias nombradas aquí en Apocalipsis. Solo me detenía en la de Laodicea, porque esa fue la enseñanza que recibí desde el comienzo de mi vida cristiana. Supuestamente las demás Iglesias ya habían pasado y estábamos en el tiempo de Laodicea. El Señor me ha mostrado que de todas las Iglesias hay algo que no está bien y entonces, lo mejor es estudiar un poco de cada una, para no caer en esos mismos errores.


Miremos: “Yo sé todo lo que haces. He visto tu arduo trabajo y tu paciencia con perseverancia. Sé que no toleras a la gente malvada. Has puesto a prueba las pretensiones de esos que dicen ser apóstoles pero no lo son. Has descubierto que son mentirosos. Has sufrido por mi nombre con paciencia sin darte por vencido” (vv. 2-3). A pesar de tener cosas muy buenas la Iglesia de Éfeso, empezó a fallar en el amor al Señor. Ya ese primer amor, se había olvidado y por consiguiente eso llevaba a no amar al prójimo tal como fue el nuevo mandato dejado por Jesús. ¿Hemos fallado igual? Es el momento de reconocerlo, pedirle perdón al Señor y continuar.


Señor Jesús: no podemos lavarnos las manos y creer que hemos sido las mismas ovejas que Tú escogiste hace un tiempo. Perdónanos porque nos hemos olvidado de ese primer amor Contigo. Ya actuamos por descarte sin profundizar las verdades que nos has dejado en tu Palabra. Muchas veces nos portamos con indiferencia y nuestro corazón se ha endurecido sin tener el amor y la compasión por nuestro prójimo. No somos lo suficientemente amorosos con los que nos rodean y aún con los que están lejos. Perdona tanta indiferencia y vuélvenos a llenar del gozo de la salvación. Queremos seguir adelante con la sinceridad que Tú mereces y la lealtad de la que Eres digno de recibir, de todo aquel que dice tenerte en su vida como Señor y Salvador. Gracias, muchas gracias buen Señor por permitir que tu Santo Espíritu nos dirija a reconocer nuestras fallas y a Ti por perdonarnos y limpiarnos. ¡Te amamos Señor!   


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: