sábado, 10 de febrero de 2024

Aunque no lo veas reconócelo como el Hijo de Dios

¿Cómo es que me conoces? —le preguntó Natanael. —Pude verte debajo de la higuera antes de que Felipe te encontrara—contestó Jesús. Entonces Natanael exclamó: —Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel! 

Juan 1:48-49 NTV.


Lectura: Juan 1:43-51.  Versículos del día: Juan 1:48-49.


MEDITACIÓN DIARIA


El apóstol Natanael, el mismo Bartolomé. Personalmente me fascina el nombre de Natanael. Natanael era su nombre en hebreo y al decirle su amigo Felipe que había encontrado a Jesús de Nazaret, del que hablaron Moisés y los profetas, no creyó. Pues su contestación fue: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?” (v. 46). Sin embargo, cuando el Señor le dijo que lo había visto debajo de la higuera antes de que Felipe lo encontrara, lo reconoció como el Hijo de Dios, el Rey de Israel.


No tenemos que esperar que sucedan hechos extraordinarios para creer en Jesús, el Hijo de Dios. Sin embargo, la misericordia de Dios es tan grande, que Él lo permite para atraernos a su reino. Tal como el Señor le respondió a Tomás después de su resurrección: “Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron” (Juan 20:29 LBLA). Dichoso es doblemente bienaventurado; doblemente feliz. Y si tú has creído en Jesús como el Mesías prometido y le has entregado tu vida, eso eres. Eres bienaventurado. Oremos:


Señor Jesús: gracias por permitirnos conocerte y saber que somos dichosos a pesar de dificultades y tropiezos. Tu paz que sobrepasa todo entendimiento rebosa nuestros corazones de gratitud y podemos continuar a pesar de que llegan tribulaciones. Lo hermoso mi Señor es que, si no fuera por estas, no podríamos dar testimonio de Ti ni exaltar Tu Nombre. Gracias, gracias; conocerte es la mejor experiencia vivida, la que mayor satisfacción nos da y la que trae consigo la bendita esperanza de un futuro por siempre a tu lado en la vida eterna. Gracias, muchas gracias bendito Señor, Dios y Salvador nuestro. ¡Te amamos!


Un abrazo y bendiciones.

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