¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!
Isaías 5:20. NVI.
Lectura: Isaías 5:20-30. Versículo del día: Isaías 5:20.
MEDITACIÓN DIARIA
Sí; el tiempo que estamos
viviendo no es para nada bueno. Últimamente he estado muy inquieta escuchando sobre
la gran tribulación y el arrebatamiento a diferentes predicadores. Hechos
singulares que pareciera están próximos a suceder. He orado por estas
situaciones y le he dicho al Señor que me confirme si es el tiempo de ocurrir
estos acontecimientos. Lo cierto es que en la Iglesia donde me reúno, nuestro
Pastor, ayer tocó el tema y por eso quise hacer mi devocional sobre tal vez,
ciertos puntos relevantes, para que estemos preparados. En ti está, si lo crees
o no; yo lo creo y por eso lo escribo.
Pablo exhorta a Timoteo
en su Segunda Carta, a fortalecerse por la gracia que tenemos en Cristo Jesús y
a evangelizar enseñando a otros lo que ha oído del mismo Pablo. Igual le dice
que se esfuerce por presentarse ante Dios como un obrero aprobado que
interpreta rectamente la Palabra de verdad (2 Timoteo 2:1-2 y 15). ¿Por qué
debemos estar preparados en esto? “Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos
días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia;
serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos,
despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y
más amigos del placer que de Dios. Aparentarán ser devotos, pero su conducta
desmentirá el poder de la devoción. ¡Con esa gente ni te metas! (2 Timoteo 3:1-5).
Entonces, ¿qué debemos hacer? “En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha
de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este
solemne encargo: Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea
oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar”
(2 Timoteo 2:4.1-2).
Viendo que el mundo ya
llama bueno a lo malo y malo a lo bueno, no dejemos de llevar el mensaje de
salvación. Y si estás leyendo este devocional y no conoces a Jesús como tu Señor
y Salvador, es el momento de hacerlo. Jesús es el único camino para llegar a Dios Padre; es la Verdad, es la vida y vino a morir por ti.
Te insto a entregarle tu vida a Él. Podemos orar así:
Señor Jesús;
entiendo que te necesito. Gracias porque viniste a morir por mis pecados; te
pido perdón y te entrego mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Enséñame a
vivir rectamente y a seguir de tu mano para no desviarme. Gracias por
perdonarme, limpiarme y darme una nueva vida Contigo y una eternidad a tu lado.
Amén.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario