jueves, 28 de diciembre de 2023

Ofrécele tu corazón como regalo a Jesús

Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y presentaron como regalos: oro, incienso y mirra. 

Mateo 2:11. NVI.


Lectura: Mateo 2:1-12.  Versículo del día: Mateo 2:11.


MEDITACIÓN DIARIA


La lectura nos habla sobre los sabios de Oriente, que llegaron a visitar al Niño recién nacido. Fueron guiados por una estrella que los condujo hasta Belén de Judea. Cuando llegaron a la casa de postraron a adorarlo y en sus cofres llevaban regalos como oro, incienso y mirra.


El oro se obsequia a los reyes y simboliza señorío y realeza. Jesús es el Rey de reyes (1 Timoteo 6:15; Apocalipsis 19:16). El incienso se usaba como perfume y fragancia de aroma dulce. Además, tenía un alto valor monetario. Se usaba en ordenanzas del sacerdocio y para ungir a los sacerdotes; puede ser visto como el regalo ofrecido a Jesús como el Sumo Sacerdote (Hebreos 4:14), que se ofreció como Cordero de Dios que se iba a sacrificar en favor nuestro (Juan 1:29); símbolo de adoración a Dios. Y la mirra que tenía también un apreciado valor económico, puede simbolizar el papel de Cristo Jesús al derramar su sangre en la cruz por la humanidad. Resumiendo: Oro como Rey, Incienso como Dios y Mirra como hombre.


Hablemos ahora de nosotros; tú y yo, ¿qué le podemos ofrecer al Señor? Seguro que Él lo que más desea de ti, es que le conozcas personalmente y lo invites a vivir en tu corazón. Mira, yo te puedo guiar con una corta oración. ¡Ofrécele tu corazón! Ten presente que orar es hablar con Dios y que Él no está tan interesado en la belleza de tus palabras sino en tu sinceridad. Si te parece dile así, pero si tu deseo es cambiarla, bien lo puedes hacer:


Señor Jesús: no tengo oro ni plata para ofrecerte, pero tengo mi corazón dispuesto para entregártelo. Toma mi vida Señor. Sé que Eres verdadero Dios y verdadero hombre y te reconozco como tal. Sé que viniste a morir en una cruz por mí. Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús por perdonarme, limpiarme y darme una vida a tu lado en el cielo. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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