José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por el poder del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:20-21. NVI.
Lectura: Mateo
1:18-25. Versículos del día: Mateo
1:20-21.
MEDITACIÓN DIARIA
Ayer vimos que el ángel
le anunció a María que sería la madre del Hijo de Dios y María se confundió
porque era virgen aún y sabía que una mujer que resultara embarazada en ese
tiempo era muerta lapidada (a piedra). En la lectura del día, el Evangelio de
Mateo, nos habla hoy de José; un hombre recto y temeroso de Dios. Decidió
romper el compromiso en silencio para no poner a María en vergüenza. Sin
embargo, esto no sucedió porque cuando estaba resuelto a hacerlo, se le
apareció en sueños un ángel del Señor y lo tranquilizó al decirle que lo de
María, era obra del Espíritu Santo y él, le pondría al niño, el nombre de
Jesús, porque salvaría a su pueblo de sus pecados.
Esa fue la razón por la
que Jesús vino al mundo. El nacimiento de Jesús es el mejor regalo de Dios
Padre para la humanidad entera. Volvamos a tomar el verdadero sentido de la
Navidad. Cristmas viene de Cristo, pero esa esencia ya se perdió. Nosotros,
encarguémonos de volver a poner la Navidad en el sitio que debe de estar: el
nacimiento del Mesías, el Salvador de la humanidad.
Señor Jesús.
Permite que, al celebrar nuevamente esta fecha tan especial, podamos recordar y
memorizar que Tú Eres el Protagonista de la historia. Mi Señor, la Navidad trae
alegría, reconciliación, paz, bondad, misericordia, perdón y amor. Que nuestros
corazones en este tiempo estén prestos a darlo todo, por el amor que Tú mismo
nos viniste a dejar como legado. Muchas gracias, bendito Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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