Y mientras estaban allí se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.
Lucas 2:6b-7. NVI.
MEDITACIÓN DIARIA
El
Señor Jesús vino en el tiempo exacto establecido por Dios. Pienso que una manera
de acatar la voluntad de Dios es aceptar sus tiempos. Tal pareciera que muchas
veces queremos que se cumplan ya sus promesas, pero la misma Palabra nos dice
que todo tiene su tiempo (Eclesiastés 3:1).
Amado
Señor: Tú que Eres el Dueño de los tiempos, nos muestras cada día que nosotros
no podemos hacer nada sin que Tú lo decidas. Gracias porque una vez más nos
enseñas que el tiempo es Tuyo. Enséñanos a saber esperar en Ti. Cuando Tú nos
has prometido algo, si Tú dijiste que lo harías, sin duda lo harás. Así que
buen Señor te entregamos nuestros deseos, nuestras debilidades, nuestros ires y
venires, para que seas Tú mismo llevándote cada carga nuestra y nos llenes de
tu Santo Espíritu para tener el poder de hacer una realidad, el afán de cada
día. Gracias, buen Señor por escuchar
nuestra oración Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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