Las moscas muertas apestan y echan a perder el perfume. Así mismo pesa más una pequeña necedad que la sabiduría y la honra juntas.
Eclesiastés 10:1. NVI.
Lectura del día: Eclesiastés
10:1-4. Versículo del día: Eclesiastés
10:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Sí que es cierto este
versículo. Infortunadamente, una persona puede tener muchas cualidades y de
pronto cae; así sea insignificante lo sucedido, ahí está el dedo acusador
señalando. Recordemos que todos somo carne también y la carne es débil. Pero
no, es más, muchos se alegrarán al verlo caído. ¿Será que esta es la actitud
que demanda Dios de nosotros? En dónde quedan la compasión, la tolerancia, el
respeto, el perdón incluso, pero por encima de todo esto, en ¿dónde queda el
amor?
Volvamos nuevamente a
leer 1 Corintios 13 que nos habla de la importancia del amor. “El amor es
paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No
se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda
rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad.
Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios
13:4-7). Miremos que es bondadoso, no se enoja fácilmente, no guarda rencor, no
se deleita en la maldad; todo lo disculpa, lo cree, lo soporta. Si estamos
prestos a señalar, no estamos dando el más mínimo amor.
Señor Jesús: te
rogamos, nos enseñes a amar del modo que Tú lo hiciste con nosotros. No
permitas que nos volvamos criticones, ni señaladores del caído. Queremos ser
personas que lleven amor por donde quiera que pasemos. Danos también humildad
para reconocer que somos muy dados a juzgar a priori; perdónanos, Señor. Muchas
gracias por tu inmenso amor hacia nosotros, que somos tan insignificantes y
también pecadores, pero Tú nos atraes con tu perfecto amor.
Un abrazo y bendiciones.
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