Necesitamos un nacimiento espiritual

El ángel se acercó a ella y le dijo: —¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo. — No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—.  Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 

Lucas 1: 28, 30-31. NVI.

Lectura: Lucas 1:26-37.  Versículos del día: Lucas 1:30-31.

MEDITACIÓN DIARIA

Este fue el saludo del ángel Gabriel a María, quien era virgen, puesto que todavía no se había casado con José; solamente estaban comprometidos. Por eso ella se turbó (v. 29), Y el ángel dijo: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios” (v. 35).

Hay algo importante que el Espíritu Santo ahora me muestra. Al igual que la bendita virgen María, aunque en diferentes dimensiones, también nos confundimos y perturbamos, cuando le decimos al Señor Jesús que tome nuestra vida; no solamente entra Él, también lo hacen el Padre y el Espíritu Santo. Por eso se dice que es un nuevo nacimiento porque este no es físico sino espiritual (Juan 3:3-6). Y como Nicodemo en Juan 3, nosotros ahora, tampoco entendemos cómo es ese nacimiento espiritual; pero Dios Padre permite que nos sea revelado a través de su Santo Espíritu a medida que vamos creciendo espiritualmente a través del aprendizaje de su Palabra.

Ese santo niño, que es Hijo de Dios, quiere venir a tu vida para que tengas un nacimiento espiritual con Él. Te invito a que lo hagas en este momento. Es muy fácil: solamente tienes que hablar con Jesús. Yo te puedo guiar, dile así:

Señor Jesús: hoy entiendo que tengo que nacer de nuevo espiritualmente. Toma mi vida Jesús, sé Tú el centro de ella y permite que tu Santo Espíritu me vaya guiando y enseñando la Verdad que Eres Tú. Gracias porque el propósito Tuyo fue venir a morir por mis pecados. Gracias por perdonarme, lavarme, limpiarme y tener ahora una relación personal Contigo y una eternidad a tu lado. Gracias, bendito Jesús. Amén.

Un abrazo y bendiciones.