Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Lucas 2:29-32. NVI.
Lectura: Lucas
2:21-35. Versículos del día: Lucas
2:29-32.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando José y María
fueron a presentar al niño Jesús en el templo, se encontraron con un hombre llamado
Simeón que era justo y devoto. Al verlos llegar al templo, profetizó sobre el
Niño alabando a Dios por haberle permitido ver al Salvador antes de morir y reconociendo
en Él, la luz que ilumina a las naciones y la gloria del pueblo de Israel. “Simeón
les dio su bendición y dijo a María, la madre de Jesús: Este niño está
destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear
mucha oposición, a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos
corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma” (vs. 34-35). Y tal
como lo dijo se cumplió e incluso, el sufrimiento de María. Oremos para que el
hombre alejado de Dios encuentre en Jesús, el camino, la verdad y la vida (Juan
14:6).
Amado Señor Jesús:
gracias porque cielo y tierra pasarán, pero tus palabras, siempre quedarán
guardadas. Por eso mi Señor, permite que los que no te conocen ni entienden que
Eres el Salvador de la humanidad, sean abiertos sus ojos y oídos, para que vean y
entiendan tu misión. Haz que ellos te abran su corazón y también sean contados
para tu reino celestial. Gracias por escuchar nuestra oración. ¡Te amamos buen
Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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