sábado, 29 de abril de 2023

Las apariencias engañan

 No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia. 

Juan 7:24. NVI.


Lectura: Juan 7:1-24. Versículo del día: Juan 7:24.


MEDITACIÓN DIARIA


Cuando Jesús estaba enseñando en la fiesta judía de los Tabernáculos, muchos lo criticaban mientras otros reconocían su saber puesto que ellos mismos decían que no había estudiado. El Señor respondió: “mi enseñanza no es mía, sino del que me envió” (v. 16). Otros lo trataban de endemoniado, por eso el Señor les dice: “No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia”. Y es en este punto que deseo hacer énfasis. ¡Qué fácil es para todos juzgar sin saber a ciencia cierta lo acontecido! Somos muy dados a la crítica que, viéndolo bien, es otra manera de juzgar. Nos equivocamos a menudo con las caras y las apariencias; unas veces creemos a las personas super buenas por su cara y otras también las juzgamos por sus caras. Cuántas veces decimos: ¿viste la cara de ese, seguro que es un malandrín? En ambos casos podemos fallar. “Pero el Señor le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón” (1 Samuel 16:7 NTV). Recordemos que con la misma medida que juzguemos, seremos juzgados (Mateo 7:2).


Amado Señor: definitivamente Tú, nos sigues enseñando sobre el amor. Cuando juzgamos a priori precisamente lo que menos estamos demostrando es tu amor. ¡Cuánto nos falta buen Dios! Fallamos no solamente con nuestra boca sino con nuestra mente por dejarnos llevar por pensamientos negativos que no son. Te pedimos perdón por ello, y también te rogamos que pongas en cada uno de nosotros una sobredosis de bondad, de misericordia y de justicia para no atribuir a otros lo que solamente nos imaginamos. Borra todo concepto de crítica y de juzgamiento, porque no nos corresponde. Gracias te damos porque cada día, nos vas mostrando nuestras fallas precisamente para que cambiemos de actitud. ¡Bendito Eres Señor y Dios nuestro!


Un abrazo y bendiciones.

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