Pedro juró: —¡Que me caiga una maldición si les miento! ¡No conozco al hombre! Inmediatamente, el gallo cantó.
Mateo 26:74. NTV.
Lectura: Mateo
26:69-75. Versículo del día: Mateo
26:74.
MEDITACIÓN DIARIA
Pedro con juramento y
todo, negó al Señor. A su Maestro, a aquel que le enseño y amó desde que lo
conoció. Aparentemente se veía el más fuerte y decidido al punto que había
dicho: “—¡No — insistió Pedro—. Aunque tenga que morir contigo, ¡jamás te
negaré! Y los demás discípulos juraron lo mismo” (Mateo 26:35). Y fijémonos que
no solamente fue Pedro, fueron todos los discípulos; y todos, lo abandonaron
esa noche.
Muy seguramente, nos ha
pasado parecido. Decimos mil veces que no lo negaríamos y en el momento dado,
ni siquiera actuamos. Es que el corazón del hombre es muy engañoso. Pudo ser
que Pedro en últimas negó a su Señor por temor a morir de la misma manera. El
caso es que con su actitud, bien se dio cuenta de cuán débil era. Quizá él por
ser el apóstol tal vez principal o especial, se creía demasiado fuerte y con su
negación, Dios le mostró lo débil que era. A nosotros nos pasa igual; en lo que
nos creemos tan fuertes, Dios nos pone ante situaciones que nos demuestran que
no lo somos.
Amado Señor: perdona
las veces que también te hemos negado o en que presumimos un ‘eso no me pasa a
mí’, y de pronto nos damos cuenta de que caemos igual que cualquier otro. Mi
Señor, gracias porque nos conoces tanto que ya sabías hasta dónde llegaríamos,
pero tu inmenso amor, lo vence todo. Gracias, muchas gracias, bendito Señor.
Gracias te damos por el regalo de la salvación donde todos nuestros pecados ya
quedaron cubiertos con tu preciosa sangre. Tu bendita gracia es la que, a pesar
de caídas y derrotas, nos permite continuar esperando alcanzar a plenitud la
obra propuesta para cada uno de nosotros, porque Tú la perfeccionarás. ¡Te
amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario